lunes, 10 de noviembre de 2008

LECTORES DE OESTEZONADURA SE SOLIDARIZAN CON LOS INTEGRANTES DE DIARIO CHILECITO.

Como integrante de una sociedad que se precia de democratíca, es que hago llegar mi solidaridad al director del nóvel periodico del Oeste Riojano. Otro ataque más al Diario Chilecito que pone en evidencia la “debilidad” de los acólitos seguidores del poder en la provincia, siguen sin comprender que toda sociedad debe contar con su espacio de libre expresión de aquellos que piensan distinto y que en las elecciones pasadas en la rioja representaron más del 46 por ciento. La comunidad de Chilecito no ve con buenos ojos este tipo de accionar que recuerda a una de las épocas más oscuras que tuvo el país y donde todavía hay familias que siguen sin saber que fue de sus familiares. Un pasado mesiánico parece asomarse en la comunidad riojana que no está preparada para este tipo de acción de amedrentamientos y de zona “liberada” de la justicia, con políticos preocupados en su asenso estelar y medios cómplices, retribuyendo con su silencio la dádiva que reciben. En la prensa libre no queremos ser noticia a nivel nacional con otro caso Cabezas que enlutó al periodismo nacional. El terrorismo no se ha extinguido en la Argentina Y menos en La Rioja, sólo han cambiado sus propiciadores y practicantes. Ya no son militares ni guerrilleros que respaldan su proceder en la ideología de una presunta finalidad superior. Ahora son narcotraficantes, secuestradores, criminales y asaltantes sin más. Vinculados al poder político de turno que ve en ellos una mano de obra barata que cumplen al pié de la letra la “gestión”. No necesitan justificar la violencia con que actúan. La sociedad, para todos ellos, es un botín. Unos y otros se disputan su saqueo. Pero al igual que sus predecesores en la década de plomo, ellos, en el presente, siembran terror. Fruto de ese terror es la inseguridad que tanto ha cundido. Los terroristas de hoy, al igual que los de ayer, han pervertido nuestra vida cotidiana convirtiéndola en un espacio donde reina lo imprevisible. Nadie está a salvo de la violencia. Nadie descarta que, al salir de su casa, tal vez ya no vuelva a ella. O que, al estar en ella, su paz habitual se transforme en un infierno por obra del delito que, repentinamente, la invade. No haber sido golpeados, robados, extorsionados o baleados empieza a ser, entre nosotros, una casualidad. El miedo vuelve a cundir en la sociedad riojana, medios de prensa que son acallados con pingues aportes de dinero “enmascarados” en el slogan de “publicidad oficial” y los que no aceptan la “dadiva”, son amedrentados con avisos mafiosos. La negación de la realidad, la corrupción, un caudillismo que nada tiene que envidiar al del siglo XIX, el menoscabo de todo pensamiento que no sea el propio, la jactancia con que se ejerce el desconocimiento de los hechos y la demagogia practicada por el oficialismo hacen de la rioja, junto con la impotencia de una oposición mezquina y dividida, una provincia sin rumbo en el mundo contemporáneo. Los violentos de hoy son, en buena medida, un producto siniestro de la marginalidad social. Al restarle trascendencia a lo que ocurre, el Gobierno termina garantizando, aunque no lo quiera, la impunidad de los delincuentes y alentando con ello la proliferación del crimen. La libertad de prensa es una ardua y riesgosa conquista de todos los días en América. Treinta periodistas han muerto por ejercerla el año último en este continente. No han alcanzado esas muertes, con toda la atrocidad de los asesinatos cometidos, para silenciar a la prensa libre. En La Rioja impera la cultura del sigilo y el secreto. Los funcionarios públicos nunca quieren que nadie los vigile. Este secretismo de la función pública lo debemos romper. Hablamos de participación ciudadana. ¿Dónde está la posibilidad de expresar la ciudadanía, su idioma, su cultura? .Es en los medios que nacen con una impronta regional y que se ponen al servicio de la comunidad. Puede pensarse que en la sociedad Chileciteña, hay individuos o corporaciones políticas a quienes no les importa con qué medios alcanzan sus fines. Pero la facilidad, impunidad y recurrencia que existe en la Rioja es realmente asombrosa. Ejemplos sobran. La sociedad chileciteña es compulsiva, este tipo de prácticas no son bien vistas. No respetar las dinámicas ciudadanas de protesta, el activismo de la sociedad civil de libre expresión en los medios de prensa, es estar caminando por la cornisa en un difícil equilibrio difícil de sostener, es por cierto que la Rioja vive, hoy por hoy, en una dualidad demoníaca y que pero a la vez, se la contamina con las prácticas autoritarias del poder y la violentación de la libre expresión. En esa situación, que no se equivoque nuestro gobernador, cuando, viéndose rodeado por la masa de pseudodirigentes, se cree fuerte. Lo dijo Ibsen en su Enemigo del pueblo: "El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo". La claque, el griterío y la adulación sólo les dan razón a los lerdos. Lo malo es que pueden imponer la sinrazón a los sensatos.
Juan Cordera.

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