miércoles, 6 de julio de 2011

RENUNCIÓ EL JUEZ AVILA EN EL TRIBUNAL SUPERIOR.

Ángel Ávila presentó este martes su renuncia al máximo órgano de la justicia provincial. En una entrevista con El Independiente, esgrimió que su decisión se debe a motivos estrictamente personales. Ávila, tras 20 años de desempeño público, hizo un balance de su paso por la Función Judicial. "Es una decisión personal que tomé hace un tiempo" fueron las primeras palabras del hasta el martes juez del Tribunal Superior de Justicia de la Provincia que recibió al diario en el salón de reuniones del Palacio de Tribunales. Inmediatamente, en un tono distendido y relajado comentó sus inicios en la Función Judicial en 1985. "He desandado todos los pasillos de tribunales" dice para graficar su paso por la Justicia. Como funcionario judicial, como secretario de Instrucción del Juzgado Número 2, de la Cámara Tercera, su desempeño como Agente Fiscal y Fiscal de Cámara; como juez de Instrucción del Juzgado Número 1, al ser juez de la Cámara Tercera; Procurador General, Fiscal General, forman parte de la trayectoria de Ávila. Resaltó que se lleva los mejores recuerdos de los funcionarios, empleados y personas con quienes compartió 20 años de su vida. Ávila, que tenía la decisión tomada desde hace bastante tiempo, presentó ayer la renuncia y es la Cámara de Diputados de la Provincia quien deberá aceptar la dimisión. Trascendió que en la sesión de mañana será tratada la renuncia que redactó Avila al mediodía del martes. Reconoció que se va tranquilo "porque hay un TSJ conformado, con nuevos integrantes, con la idoneidad necesaria y que van a cumplir una gran performance y llevarán a cabo una gran tarea" dijo de los flamantes miembros del Tribunal que fueron designados a propuesta del Ejecutivo y aceptados por la Legislatura. Explicó que la decisión de renunciar la tomó hace mucho tiempo y que está totalmente desvinculada de la reciente conformación con los 5 miembros del TSJ y la llegada de los nuevos integrantes. Aclaró que "tengo una excelente relación con cada uno de ellos; me piden que no me vaya, pero es una decisión personal que pasa por razones particulares". Sobre su paso por la presidencia del máximo órgano judicial provincial que se inició en el 2004; resaltó como aspectos positivos haber podido encarar la reforma judicial desde distintos ángulos; desde la infraestructura con la remodelación edilicia, la adecuación funcional de las oficinas y la modernización a partir de la incorporación de tecnología y las capacitaciones al personal. En ese momento, señaló que lo logrado en la actualidad dista mucho de cuando él ingresó a Tribunales. "Hemos dado un salto cualitativo muy importante, iniciamos la reforma y si bien no encontramos mucho acompañamiento de las grandes corporaciones de abogados; me llevo lo positivo". Resaltó el acompañamiento de José Nelson Luna Corzo, durante su desempeño en la Presidencia del TSJ y subrayó que pudieron concretar varios cambios. Por otra parte, expresó que los proyectos pendientes que le quedan en mente, podrán ser llevados a la práctica por los actuales miembros del Tribunal. Ante la consulta del mecanismo de selección de los jueces para integrar el TSJ que fue cuestionada en las últimas incorporaciones, consideró que "la designación de los jueces superiores es una atribución del Gobernador en proponerlos y de la Cámara de Diputados en dar el acuerdo" y desestimó la realización de exámenes de idoneidad o concursos al plantear que en tales casos "¿quién evaluará y con qué criterios a los jueces superiores?" se preguntó. Sobre la evaluación de los primeros pasos dados en cuanto a la reforma judicial, resaltó a los juicios por flagrancia, que "han sido una gran innovación que la veníamos instando desde hace 15 años aproximadamente y que aun así en la actualidad, La Rioja es pionera en esa clase de juicios. Lo importantes es estar convencidos de los cambios", afirmó. Puso de relieve que en ese tipo de juicios, las pruebas están a la vista, no hace falta el expediente y son casos que se pueden resolver de manera rápida ante un sistema que se caracteriza por la proliferación de los litigios que aumentan cuando en realidad debería haber otro tipo de soluciones. "Los juicios no pueden ser la solución para todos los litigios porque sino colapsan; hay que poner en práctica otras maneras de resolver y atacar esa cultura tan litigante". Ávila considera que para avanzar en los sistemas judiciales se debe cambiar la forma litigante y contemplar los mecanismos de la mediación porque "no se puede resolver todo por juicio y sentencias". En este sentido, reveló que muchas situaciones de conflictos personales se resolverían con un simple pedido de disculpas o una carta. A modo de balance, consideró que la reforma judicial "está encaminada con el juicio directo, el juicio por flagrancia y se tiene que avanzar en la mediación, en juicios de gestión rápida" y a su vez, dijo que en uno o dos años más se verán los resultados de esta reforma que es un proceso lento. Indagado sobre la vinculación que se hace del poder Judicial con el Ejecutivo, enfatizó que "el órgano por excelencia político dentro de la función judicial es el TSJ; no sólo porque tiene que acompañar las políticas de Estado, sino fundamentalmente porque si la Cámara de Diputados es un órgano político que dicta leyes, nosotros tenemos la facultad de declarar inválidas esas leyes; entonces el órgano político de la justicia es el TSJ". De este modo, graficó que "el TSJ resuelve el día a día, los casos de la gente, de la vida cotidiana". Reconoció que "se habla mucho de la dependencia política de los jueces con el Ejecutivo. Pero la Constitución es sabia en la división de funciones" e inmediatamente acotó que "hay cosas superiores a esa "dependencia" política que todos hablan; la principal dependencia que tienen los jueces es la dependencia burocrática, administrativa porque hay muchos jueces que quieren resolver y nunca les llega el expediente" y por otro lado, mencionó la "dependencia mediática; se forman opiniones en la prensa, estamos preocupados por lo que dicen los medios de comunicación. Es algo que condiciona a los jueces", planteó. En este sentido, Ávila opinó que "los jueces tienen que tener la suficiente capacidad para resolver con su firme convicción y hacer oídos sordos". Finalmente, aseguró que seguirá vinculado a Tribunales desde su profesión, que muchos lo buscarán por cuestiones profesionales y aclaró que "antes muchos decían que Ávila era penalista; pero ya no. No seguí estudiando y de las ramas de la abogacía me puedo dedicar a cualquiera" asegura con una sonrisa distendida el hombre que hoy, observará a la Función Judicial desde otro lugar; el que eligió en este momento de su vida. Respecto de su futuro inmediato, declaró que luego de tomarse un tiempo para sí, evaluará otros ofrecimientos que tiene desde el Ejecutivo y que sería un lugar el directorio del Banco de La Rioja, según trascendió extraoficialmente.

Ficha personal

Angel Avila tiene 49 años, está divorciado y tiene un hijo que "es una de las grandes razones de la decisión personal; quiero compartir tiempo con mi hijo y cosas de la vida".

Estudió abogacía (hace 28 años) y hace 20 años que se desempeña en la Función Judicial.

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