miércoles, 19 de septiembre de 2012

A LAS SAPEM LE RECORTARÍAN FONDOS PARA COMPENSAR LAS CUENTAS.

Ya varios titulares de las empresas del Estado empiezan a encontrar frialdad a la hora de reclamar recursos. Varios proyectos se han pospuesto, ya que la coparticipación crece por debajo de la inflación. En el gobierno no se desconoce que el fin de año en el país será movido y eso podría transformarse en un terremoto a las arcas provinciales. La queja es cada vez más constante en todos los sectores, sean oficialistas u opositores, lo cierto que la inflación pone a la mayoría de los argentinos en jaque. Y las provincias lo ven en sus cuentas, ya que los ingresos crecen, es verdad, pero en muchos casos a menos ritmo que la inflación no oficial, la que no se atreve blanquear el INDEC. La Rioja recibió en lo que va del año $2.349.497.000, una cifra considerable, ya que en el mismo período del 2011 fueron $1.902.483.000. Sin embargo, el crecimiento fue del 23,5 por ciento, muy por debajo de la inflación no oficial, esa que golpea los bolsillos y las proyecciones no son para nada halagüeñas. Si se compara período contra período se habla de un incremento de $447.014.000 en los recursos provinciales, pero ya empieza a provocarse un desfasaje debido que la inflación supera el 30 por ciento. En la primera quincena del mes de setiembre ingresaron $120.343.000 en concepto de coparticipación y Fondo Federal Solidario (Fondo Sojero). Y sucede lo mismo con el anual, ya que si se toma el mismo período del año pasado hubo un incremento del 24,9 por ciento, ya que crecieron los recursos en $23.977.000 (en la primera quincena de setiembre de 2011 fueron $96.365.000). La proyección, según la consultora Economía & Regiones, la Provincia recibirá este mes $291.424.000 por coparticipación, un 27,6 por ciento, pero siempre por debajo de la inflación no oficial. Por eso, el gobierno, especialmente en la figura de Luis Beder Herrera, ha dejado para más adelante avanzar con desembolsos en las empresas estatales SAPEM, muchas de las cuales en la primera etapa han encontrado respuestas positivas. Así varios proyectos de expansión empiezan a frenarse. Aunque se trata de no cambiar la cara para que no haya enojados del gobierno nacional, en la Casa de Gobierno harían grandes retoques en las inversiones en las SAPEM, ya que el final del año y el inicio del próximo se presentaría bastante complicado, más que La Rioja solo genera el 8 por ciento de lo que gasta mensualmente. Pese que el gobierno se engalana, ya que es una de las pocas provincias con las cuentas fiscales equilibradas, lo cierto es que los recursos extras ya no llegan con fecha exacta como sucedía hasta hace poco. Muchos titulares de SAPEM empiezan a vivir la frialdad a la hora de lograr autorizaciones para gastos en las empresas estatales que controlan. Al igual que cualquier otra firma privada, los gastos crecen y los ingresos –por ser nuevas- casi son nulos, salvo grandes excepciones como la empresa Agroandina, pero que pasará varios años para igualar lo invertido por el Estado. Hay otras firmas que el Estado deberá seguir con la ayuda mensual del pago de salarios, como de los gastos corrientes, aunque el mensaje es que las SAPEM ya caminan solas. El Ministerio de Hacienda ha cambiado también el trato con las SAPEM por disposición del gobernador porque ese sistema de empresas es un gran peso para las arcas provinciales donde las demandas van en ascenso. Ya funcionarios provinciales hablan del tema sin esconder su pertenencia, ya que los remezones al gobierno nacional son sismos o terremotos para la Provincia, debido a la dependencia financiera que existe. La provincia debe reunir los sueldos mensuales, como el medio aguinaldo de fin de año, y por lo menos dos grillas salariales (enero y febrero) del verano donde la coparticipación casi es insignificante, aunque tiene fondos ahorrados. Por eso, el futuro es para nada tranquilo, ya que se pone en discusión todo, como sucede en la provincia, ya que tanto Beder Herrera como Cristina tienen cerrado otro mandato por lo que se dispone la Constitución. Entonces la discusión del poder se traduce en las políticas cotidianas, mientras que la inflación no sabe de partidos, solo sabe que afecta no ya a un sector sino a todos, y lo que ayer era un murmullo, ya son gritos, por ahora aislados, pero que podrían escucharse en una sola voz en la Plaza.

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