El próximo martes, la senadora nacional Teresita Luna será protagonista del relanzamiento de la rama femenina del Consejo Nacional del Partido Justicialista (PJ) con vistas a las elecciones legislativas del 2013. Por disposición de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la legisladora riojana, como titular de la Secretaría de la Mujer del PJ, encabezará un acto en la sede nacional del justicialismo, ubicada en Matheu 130 de la Capital Federal. En la oportunidad, estará rodeada por funcionarios nacionales, con el fin de alistar el partido ante los próximos comicios legislativos. Así la senadora continuará con la iniciativa de hacer “cristinismo” en cada rincón de la República Argentina, como sucedió la semana pasada al lanzarse en San Juan la Corriente Nacional de la Militancia. De esa forma, la jefa de Estado afianza el armado cristinista en todo el país y por ese motivo, avanzará con la imposición de los referentes de su propio espacio en las listas de candidatos de todos los niveles, en desmedro de los referentes del justicialismo más tradicional. Aún los que, hoy por hoy, se sienten aliados o directamente soldados de la Casa Rosada. Se evalúa en esos análisis que se asistirá a la profundización de lo que sucedió en 2011 y que alumbró al estrellato al sector que hoy se ha convertido en el sostén político por excelencia de Cristina: "La Cámpora", la agrupación juvenil que ahora atesora varios legisladores nacionales y provinciales, concejales y una considerable cuota de poder en el Ejecutivo. Lo más notable, y es algo de lo que dirigentes del "viejo" PJ son perfectamente conscientes, es que la propia Presidenta les viene avisando que tiene intenciones de correrlos desde abril pasado. Particularmente, desde que se recordó la fecha del triunfo nacional de Néstor Kirchner en 2003 con un acto en la cancha de Vélez que organizó el universo de agrupaciones K "no pejotistas", con lleno total. Aquella vez, dijo textualmente la Jefa de Estado: "Trabajemos juntos, unidos y organizados, para construir un país mejor". "Unidos y organizados" se llama ahora el frente de agrupaciones cristinistas que sólo reconocen liderazgo en la Presidenta y desdeñan a la estructura peronista tradicional, la que simbolizan los intendentes del Conurbano, los gobernadores con perfil de caudillos y los legisladores que se eternizan en sus bancas. A no confundirse: es Cristina, no aquellas facciones del mundillo K, la que parece tener una obsesión con la idea de edificar una estructura paralela a la del PJ, que le responda en forma directa, sin la intermediación de jefes comunales o mandatarios de provincia. Eso es lo que se propone conseguir con U y O, que aún adolece de presencia territorial fuerte. En fuentes políticas del Gobierno nacional se admite, más de un año antes del comicio de 2013, que esos soldados -adoradores del relato épico presidencial- serán los que jugará Cristina a la hora de poblar y copar las listas que competirán con el sello del Frente para la Victoria. Irán "por todo", como gustan decir en las reuniones más reservadas. Eso incluye, según las versiones en el oficialismo, la defensa de una hipotética reforma constitucional, con re-reelección incluida. Resta saber si Cristina tendrá ganas, espalda o cintura política para contener a un eventual PJ herido y desencantado o, llegado el caso, si éste es capaz de rebelarse y enfrentarla. La ristra de agrupaciones que integran Unidos y Organizados es extensa: Kolina, Corriente Nacional de la Militancia, Movimiento Evita, La Martín Fierro, La Güemes, Corriente Peronista Descamisados, Frente Transversal Nacional y Popular, buena parte de la CTA más cercana al Gobierno y otras. En este paisaje La Cámpora ejerce un liderazgo natural, basado en la llegada real que sus miembros tienen a Cristina. Acaso por eso, y porque el puntapié inicial de la movida se dio en su despacho del Congreso, el diputado Andrés "El Cuervo" Larroque, íntimo de Máximo Kirchner, es una suerte de gran referente nacional del espacio que acaba de reunirse en La Pampa, a modo de acto fundacional masivo en el interior del país. A propósito, el gobernador pampeano, Oscar Jorge, anfitrión del evento mencionado, bien puede contabilizarse como el primer mandatario "unido y organizado" del país. Lo dicho: buena parte de los dirigentes peronistas piensa que se avecina un corrimiento de ellos en la escena oficialista que tendrá la misma dimensión del crecimiento de U y O. Claro, no lo dicen en público. Tampoco es cuestión de que los traten anticipadamente de traidores. Más de uno -gobernadores, algún intendente mediático del Conurbano- está moldeando subterráneamente sus propios espacios, prometiendo dar el salto cuando llegue el momento.
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