lunes, 15 de octubre de 2012

EL NORTE RECLAMA CON URGENCIA LA INVERSIÓN EN INFRAESTRUCTURA Y EL FERROCARRIL.

Gobernadores de la región y empresarios le plantearon al secretario de Transporte que sin tren no hay desarrollo. El déficit energético y los costos de producción marcaron la agenda que se girará a las presidentas de Argentina y Brasil. El viernes se realizó en Salta la Pre Conferencia Industrial del NOA. Si todo se dilata, los norteños pierden. El mundo quiere alimentos, minerales para la tecnología, productos agrícolas con valor agregado y biocombustibles. Salta y las provincias del norte pueden producir eso y más. Sin embargo, los gobernadores de la región y los empresarios coincidieron en que falta infraestructura que permita que los costos bajen, que los fletes dejen de ser caros, y que las rutas estén en condiciones para la integración con Brasil, Paraguay y para salir al Pacífico. No quieren parches, sino planes e inversiones que den sustentabilidad, atraigan inversiones y generen puestos de trabajo. El reloj señala un retraso de décadas, y más demora del Gobierno nacional lastimaría la inclusión. La reactivación del ferrocarril Belgrano Cargas, con nodos estratégicos en Embarcación, Pichanal y Barranqueras, Chaco, es el camino marcado por quienes participaron en la Pre Conferencia Industrial del NOA en el Centro de Convenciones de Limache. Aprovecharon la presencia del secretario de Transporte de la Nación, Alejandro Ramos, para contarle la necesidad de la producción. El tren no solo es vital para los granos, la caña de azúcar y las hortalizas, sino para la minería. Hay “boom” por el litio y un fuerte interés en minerales. “No hay integración regional sin el transporte que dé al norte argentino competitividad”, afirmó José de Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). El vice de la entidad, Federico Nicholson, fue más allá: “Es vital contar con caminos y energía. Y se debe mejorar el Belgrano Cargas”. De Mendiguren y Ramos firmaron un convenio marco de cooperación que los compromete a estudiar y alentar el fortalecimiento de ese transporte. Además del gobernador Juan Manuel Urtubey, se pronunciaron sus pares Jorge Capitanich, de Chaco, y Lucía Corpacci, de Catamarca; y el vicegobernador de Santiago del Estero, Angel Niccolai. Capitanich propuso una reunión antes de fin de mes para definir una agenda para el Belgrano. “Por primera vez, en Chaco, tendremos 140 kilómetros de vía, 76 km ya están listos. Se cambiaron durmientes de madera por hormigón, todo con fondos nacionales. Y ahora tenemos un acuerdo de inversión con China”, describió el mandatario K chaqueño. Salta no tuvo esos avances y Urtubey reconoció: “el transporte es un cuello de botella a resolver”. El mandatario salteño valorizó el asfalto en la ruta nacional 81, que cruza Rivadavia rumbo al Este, y los arreglos en la 16, en Anta. Son caminos que conducen al fortalecimiento de la integración bioceánica. La economía brasilera concentra las miradas de las provincias del norte argentino, por su cercanía, su progreso y por ser un gran mercado. Sin embargo, Corpacci dijo que afina más los ojos en el Pacífico. Precisó que hay mejoras en el paso internacional San Francisco y proyectos para Fiambalá. En esa provincia, el socio estratégico es el sector minero. “Necesitamos infraestructura que aliente a la radicación de más empresas”, insistió la gobernadora. Capitanich habló de las bondades agrícolas y las posibilidades que tiene Chaco de producir biocombustibles, pero admitió problemas de logística. La conclusión colectiva arrojó que la región tiene un gran potencial alimentario. Que solo quede en ideal dependerá de las políticas de desarrollo del Gobierno nacional y de la articulación pública y privada. Urtubey puso el tiempo sobre la mesa. “Hay que acelerar los procesos para que la región sea más competitiva”. Agregó que con el ritmo actual pasarán más de cien años para alcanzar el producto per capita de los grandes centros urbanos El ferrocarril y el déficit energético forman la lista de planteos que se girarán a las presidentas Cristina Fernández y Dilma Rousseff (Brasil).

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