lunes, 19 de noviembre de 2012

LA ACTIVIDAD OLIVÍCOLA SUFRIÓ EL INCREMENTO DE MÁS DEL 280% EN SUS COSTOS.

Un informe elaborado por CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agropecuaria) da cuenta de que en los últimos siete años, la actividad olivícola argentina sufrió el incremento de más del 280% en sus costos en tanto que se vio mejorada apenas un poco más del 50% tanto en lo referido a precios de exportación como al tipo de cambio, provocando fuertes caídas de la rentabilidad al punto tal que en la actualidad, no pocas empresas ya trabajan a pérdida. La adversa situación se observa en toda la geografía olivícola argentina, que tiene a La Rioja, Catamarca, San Juan y Mendoza como principales exponentes de una actividad que se muestra cada vez más frenada, con algunos emprendimientos productivos que han llegado a despedir trabajadores, tal como ha ocurrido en el norte, y fábricas al borde del cierre definitivo, como ocurrió este año en el Este mendocino.El trabajo de CREA, surgido de un relevamiento propio en fincas y fábricas, señala que entre 2005 y 2012, la suba del precio de los insumos más importantes para la producción olivícola fue de 280%. En ese tiempo, "el costo de mano de obra creció 260%; la energía se encareció 280%; el gasoil, 270% y la urea, 222%", dice el informe publicado por el diario mendocino Los Andes. Por otro lado, en ese mismo lapso, "el precio internacional de la aceituna de mesa subió 57%, mientras que el valor del dólar lo hizo un 52%", agrega el documento, mostrando el desfasaje entre lo que se debe invertir para producir y los ingresos obtenidos.El productor mendocino Armando Mansur, presidente de la Federación Olivícola Argentina (FAO), consideró que la situación descripta en el informe de CREA "se aplica en un 100% en la provincia", aunque marcó algunas diferencias entre las aceitunas para conservas y el aceite de oliva, los dos productos principales de esta actividad. "La situación es peor en el aceite porque los valores de las aceitunas cosechada han caído más" que las de conserva, destacó Mansur. CREA indica que en los últimos 4 años los costos de cosecha aumentaron 108%, mientras que el valor de la aceituna para conserva en las fincas, cayó 32% (de U$S 0,66 por kilo a U$S 0,45). Para Mansur, en la aceituna "aceitera", esa baja del precio pagado al productor "fue peor"", llegando a U$S 0,32 por kilogramo cosechado. A eso se le añade el bajo desempeño de las exportaciones. "Tres años atrás, el aceite vendido a granel tenía parámetros de 3.800 dólares la tonelada. Hoy, la cosecha se manejó en valores cercanos a 2.400 dólares", enfatizó Mansur. Sobre esto, CREA informa que en la campaña 2011-12, las aceitunas de mesa se exportaron a un precio FOB promedio de 1.427 dólares la tonelada, "7,5% menos que en 2010-11". En tanto que el aceite de oliva se exportó en el último período contabilizado, a 2.700 dólares la tonelada,"el registro más bajo de los últimos ocho años". Si a eso se le agregan las complicaciones que tuvo Argentina para ingresar a Brasil, cuestión resuelta momentáneamente, ya que las negociaciones deberán renovarse en 2013, se tiene que 2012 es el corolario de por lo menos siete años de perjuicio a la actividad. La situación se ha visto reflejada no sólo en los números negativos, sino también en las actitudes de muchos empresarios. "Ante un panorama económico desalentador, de altos costos productivos, retraso cambiario y una considerable caída de los precios internacionales, los productores ven peligrar la evolución de sus empresas y el empleo de muchas personas que integran la cadena olivícola", dicen en CREA. La olivicultura, de acuerdo con datos del Ministerio de Agricultura de la Nación, participa en un 8,1% del requerimiento de mano de obra de todas las actividades agrícolas del país, ocupando a unas 30 mil personas de forma temporal (dato de CREA), e involucrando a casi 3 millones de jornales (salarios) al año. Con esto, la afectación comienza a notarse. "Hay fincas que dejaron de funcionar y se abandonaron en La Rioja, Catamarca y San Juan", aseguró el productor sanjuanino Juan Pablo Castellano. "Gran cantidad de productores abandonaron el negocio", señaló por su lado Ricardo Márquez, gerente de una empresa olivícola riojana. En Mendoza la situación no difiere. "De 40 empresas sólo 10 trabajaron este año" afirmó Mansur. Los olivicultores ya no tienen rentabilidad y este año sólo han intentado "mantener el negocio", tal como subrayó Mansur, también presidente de Asolmen (Asociación Olivícola de Mendoza), quien advirtió: "Nos estamos comiendo el capital de trabajo para mantener la estructura. Eso es pérdida". Mansur además admitió que hay casos en que "un 20% de la cosecha no se levantó", por esa falta de rentabilidad. Y concluyó: "Cuando hay un producto sin valor, con costos que suben, sin poder exportar porque el producto es caro en dólares a raíz de la inflación, y con un mercado interno que no puede absorber todo lo producido, la actividad se va para abajo".

Más caro

El costo laboral creció 260%

La energía se encareció 280%

El gasoil aumentó 270%

La urea se incrementó 222%

La tonelada de aceite de oliva se exportó a 2.700 la tn, el registro más bajo de los últimos 8 años.

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