viernes, 7 de marzo de 2008

ADVIERTEN DIRIGENTES QUE EL GOBERNADOR PRETENDE HACER UN FEUDO DE LA PROVINCIA.

La agrupación de Reivindicacion Peronista, emitió un duro comunicado sobre las aspiraciones del gobernador y de lo que pretende para la provincia. El poder personal se termina Los regímenes democráticos, instalados con cierta permanencia en casi todos los ámbitos de la civilización occidental, han logrado solucionar el problema de la designación y sustitución de los gobiernos, mediante sistemas de partidos políticos, suficientemente vigorosos y organizados. Pero no ocurre lo mismo en todas partes. El fenómeno no es nuevo: las democracias son construcciones inestables, que dependen (para su buen funcionamiento) de una acertada y aceitada mecánica, capaz de arbitrar los reemplazos de gobernantes que, por definición, deben ser temporarios. Las monarquías y las aristocracias tradicionales, por el contrario, se basan en el poder vitalicio de reyes y nobles, y en la transmisión de ese poder en forma hereditaria. Las crisis a veces terminales, de los regímenes democráticos, suelen tener su origen en coyunturas electorales en las que la voluntad general se inclina a favor de candidaturas cargadas de personalismo, que salta por encima de las estructuras partidarias y apela al apoyo directo de las masas. Las grandes empresas personalistas, se nutren del atractivo desempeño demagógico de políticos, que descubren sagazmente la existencia de una brecha en la estructura electoral del régimen republicano, y se vigorizan gracias a la impotencia de los partidos opositores desprovistos de los recursos indispensables, para poder frenar la arremetida del caudillo popular. Así sucede desde Julio Cesar, Cromwell y Napoleón, hasta Hitler, Perón y Kirchner. Esta tercera forma de organización del poder político, a la que Max Weber llama carismática, consiste en la instalación de gobiernos personalistas, no encaminada por medio de los partidos ni de la sucesión hereditaria. Es un modo de legitimar el poder basado en la atracción, más o menos forzada, más o menos interesada, que un político logra despertar en las masas, por encima de toda estructura y de todo sistema de lealtades partidarias. No importa que sea querido; lo que importa es que sea apoyado. ¿Cómo termina todo esto? La jornada termina cuando el caudillo popular se debilita, se enferma o envejece, o cuando su soberbia le hace perder el sentido de la proporción de las cosas y emprender aventuras que están más allá de sus posibilidades. Mientras que el régimen personalista goce de buena salud, mientras el caudillo popular surgido del cordón del Famatina, o su entorno logren mantener el control sobre los recursos del poder, estamos en presencia de lo que se puede llamar el “ciclo duro” del poder personal. Durante su transcurso, vanos serán los intentos de la oposición, para torcer la voluntad general proclamada o consentida como soberana, en los pasados comicios. Pero...! Después, en algún momento, tarde o temprano, sobreviene el descalabro. Se inicia, casi sin que se note, el “ciclo blando”. Los controles se desgastan; los recursos escasean; los amigos se desbandan; los lugartenientes vislumbran la decadencia; otras ambiciones se despiertan; la sucesión se complica; la oposición se vuelve de pronto inteligente y sagaz. La pregunta es: La Rioja, ¿Provincia o Feudo?.
Por Agrupación de Reivindicación Peronista Seccional Chilecito.

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