lunes, 10 de marzo de 2008

EMPRESARIOS CRITICARON LA INTERVENCION DEL GOBIERNO EN EL SECTOR PRODUCTIVO EN MENDOZA.

“Las intervenciones del Estado en temas coyunturales en forma reiterativa son engañosos bálsamos puntuales que no solucionan los problemas de estructura y además envían mensajes contradictorios”, dijo Juan José Canay, presidente de Bodegas de Argentina, a lo que rápidamente el gobernador de Mendoza Celso Jaque salió a responder: “Estaremos trabajando con todas las intervenciones inteligentes que sean necesarias para evitar las fallas propias del mercado y sus distorsiones”. El escenario de este cruce verbal fue este sábado en la Bodega Escorihuela, durante la 72° edición del Agasajo de la Vendimia (antes llamado Almuerzo de las Fuerzas Vivas) que organiza Bodegas de Argentina en Mendoza, la entidad empresaria que concentra 230 bodegas socias que acaparan el 90% de las exportaciones totales de vinos fraccionados de Argentina y el 85% del mercado interno de vinos premium y súper premium y el 65% de los básicos. Allí, como no ocurrió en años anteriores, quedaron expresadas las distintas posiciones que encarnan hoy el sector empresario y el Gobierno en cuanto a cómo tiene que comportarse el Estado frente a la vitivinicultura. El debate se da en un contexto de cierto enfriamiento del crecimiento económico con altas tasas de inflación, donde los márgenes empiezan a ser más ajustados y las empresas ya hablan de pérdida de rentabilidad. Mientras desde el Gobierno (fogoneado por el reclamo social) promueven una más equitativa distribución de las ganancias, imponiendo precios mínimos y obligando, por medio de fuertes operativos de compra venta de uvas básicas para elaborar mosto, al mercado a respetar un precio no inferior de $ 0,50 por kilo de uva de contado. En momentos en que se muestra esas intervenciones como un ejemplo de éxito, los bodegueros salieron a decir que el “proceso de transformación y modernización de la vitivinicultura se inició y maduró prácticamente sin intervención del Estado, tanto nacional como provincial”. Así, Canay salió al cruce al señalar que “el objetivo de destinar parte de las uvas a la elaboración de mosto se ha alcanzado plenamente y las condiciones del mercado internacional han ayudado a lograrlo. Entendemos que acuerdos y organismos creados ya hace más de diez años con una realidad muy distinta a la que tenemos hoy deberían revisarse”. Con estas palabras, Canay apuntó directamente a prácticas ya institucionalizadas de intervención del Estado en el mercado como es el Acuerdo Mendoza-San Juan (al que ahora se suma La Rioja), que fija un porcentaje obligatorio, no inferior al 30% del total de las uvas cosechadas, para la elaboración de mosto. También estas palabras apuntan directamente a la decisión del Gobierno provincial de destinar, de ser necesarios, hasta 100 millones de pesos para comprar uvas básicas para elaborar mosto con la idea de fijar un piso mínimo ($ 0,50 el kilo) que asegure un grado de rentabilidad aceptable para los productores primarios de uva. Precio (superior al piso de $ 0,35 el kilo fijado en 2007) que condiciona los valores a los que tendrán que hacer frente las grandes bodegas elaboradoras, las que hoy padecen problemas de inflación.
“Sólo en el 2007 los costos de producción subieron 27%, que se suman al 23% acumulado de 2006. Lo que más sube es la energía y el cartón”, reclamó el bodeguero del Este, Carlos Crotta (hijo). Por su parte, José Ortega, de bodega O. Fournier, señaló que “la inflación es lo que preocupa porque está empujando a las bodegas como la nuestra a dejar los mercados exteriores y abocarse al mercado interno. Porque aquí se pueden ajustar los precios un 15% mientras que en el exterior no se puede subir más de 3%. Este sistema, sumado a un tipo de cambio fijo, es perverso”.Frente a estas justificaciones y el pedido empresario de menor intervención del Estado, el Gobierno respondió con dureza. “Yo quisiera realmente revisar los números que hacen y que los contrastaran con el incremento en los precios de la uva y del mosto. La diferencia constituye la realidad. Se cuenta nada más que una parte, contemos la otra parte también. Tenemos muy buenos precios proyectados para la uva y el mosto este año y buenos volúmenes de producción, que permiten que se tolere cualquier incremento en los costos, que son propios de la motorización que provoca un sector vitivinícola pujante”, dijo Guillermo Migliozzi, ministro de Producción, Tecnología e Innovación de Mendoza. El Agasajo de Vendimia también sirvió para que el empresariado advierta sobre la falta de crédito, crisis energética y la inseguridad. Problemas que están frenando nuevas inversiones necesarias para seguir creciendo.

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