miércoles, 18 de marzo de 2009

NESTOR KIRCHNER NO RECONOCE "UNA CRISÍS DE GOBERNABILIDAD".

Néstor Kirchner avisoró, luego de la derrota en Catamarca, que el desdoblamiento de elecciones provinciales lo iba a dejar sólo en octubre. Y en una lenta agonía. Acostumbrado a leer las situaciones en términos de blancos y negros. Saltó al vacío, con su proyecto de adelantamiento de las elecciones. Va por el todo o nada, con la esperanza de que la billetera le alcanze para comprar los votos necesarios en el Congreso de la Nación. Total los tiempos legislativos van a alcanzar en una Argentina muy poco acostumbrada a “los formalismos legales”. Pero con esta apuesta forzó una situación política que pone hasta a la misma oposición en una situación de pérdida de poder. Por eso ya muchos hablan de los peligros de una “Crisis de Gobernabilidad”. Sea cual fuere el resultado de la apuesta kirchnerista en el Congreso. El panorama se presenta, como en el juego de la perinola, con un desalentador “todos pierden”. La dirigencia política no lo va a decir. Después de todo, cada uno defiende su kiosquito y “los proyectos políticos son a largo plazo” dicen. El problema es que Kirchner los forzó a jugar en un terreno, muy alejado de la necesidades concretas y urgentes del electorado. A nadie lo convence de que esta es una discusión necesaria para que el país afronte en mejores condiciones la crisís mundial. En un relevamiento realizado en la vía pública, la gran mayoría de los riojanos consultados evaluaron que toda la discusión se centra en interéses políticos. Y es cierto. La oposición intentará lograr el mayor rédito de votos posibles y el oficialismo por su parte hará lo mismo. Y eso no esta mal. Pero convengamos que una cosa son los votos que pueden llegar a capitalizar los partidos políticos en las legislativas, ya sean en octubre o junio. Y otra muy distinta el poder real. Es decir, el nivel de consenso que tendrán de parte de la sociedad. El alto porcentaje del 40 por ciento de abstenciones en las legislativas catamarqueñas fue un dato que no fue pasado por alto por los principales dirigentes políticos de la provincia y la Nación. Porque más allá de la marketineada derrota del kirchnerismo en Catamarca. Lo cierto es que “los ganadores” apenas superaron el 30 por ciento de apoyo. ¿Se puede gobernar con tan poco margen de consenso? Por supuesto que sí. Néstor Kirchner lo hizo. ¿Se puede gobernar con Cámaras legislativas compuestas en su mayoría por la oposición? Sí, Raúl Alfonsín lo hizó. Eso todo político lo sabe. Pero también saben que ganar bancas con un 30 por ciento de votos, no implica un triunfo, aunque los posicione de mejor manera con vista a las presidenciales del 2011. Y aquí radica una de las mayores contadicciones de las legislativas del 2009. Para todo el arco político van a ser una expresión del apoyo o no de la ciudadanía al proyecto kirchnerista. Pero no se escucha ni una sola propuesta legislativa respecto a los grandes desafíos que afronta el país. Y esto es más que llamativo, porque lo único que se disputan son cargos legislativos. Que de última modificarán las composiciones del Congreso de la Nación y de los recintos legislativos provinciales y municipales. Esto no deberia ser traumático para una República, pero el problema argentino continúa siendo el exacerbado presidencialismo y su consecuente falta de debate de ideas. De la cual toda la sociedad es víctima. En este marco, nada se avisora en el horizonte como un cambio real en la forma de concebir la política y ejercer el poder. Peor aún, muchas críticas de “las oposiciones” hacia “el clientelismo político” oficialista. Esconden que ellos mismos son Gobierno en muchos distritos electorales y que apelarán a la consabida práctica de la dádiva y la compra de votos. Y como ocurrió en Catamarca, también saben que el show de clientelismo no les aseguró la elección a los Kirchner. Y esto en cierta manera es alentador. Porque hasta el momento el principal actor político de la Argentina es la ciudadanía. Pero, sin duda, sería mucho más esperanzador si en medio de las pujas políticas, los argentinos lograran articular esfuerzos que permitan avanzar en una mejor participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno (PBI). Promesas declamadas por el kirchnerismo, pero jamás llevadas a la práctica. Mientras tanto abrochensé los cinturones, que el paseo en el Tren del Progreso, corre el riesgo de convertirse en una pesadilla por la Casa del Terror.

No hay comentarios: