CON EL RETIRO DE PIOLI BEDER HERRERA TENDRIA EN LA MIRA A OTROS FUNCIONARIOS.
Enmarcado en la vorágine del proceso eleccionario, el punto más urticante en la tarea de Gobierno lo marcó el alejamiento del secretario de Desarrollo Social, Fernando Pioli, a quien el propio gobernador Beder Herrera echó por presuntos malos manejos en los fondos que estaban destinados para la asistencia social y que no habrían llegado nunca adonde corresponde. La salida del funcionario provocó un fuerte remezón en el resto del gabinete tanto de primera como segunda línea ya que el mensaje habría sido que no se perdonará a nadie que sea detectado “metiendo la mano en la lata”. Es más, se pudo saber que hay algunos en la mira y que ante el primer desliz les caerá la gillotina.Sucede que Beder Herrera tiene el control absoluto de los dineros del Estado y de las cuentas que maneja el fisco, por lo que con sólo hacer un exhaustivo análisis del camino que sigue la cobranza de algunos cheques, puede determinar si existe algún desvío. Aún así, el Gobernador tendría previsto reforzar la tarea de la Unidad de Control Interno que encabeza Jorge Núñez. “Hay que sacudir el árbol de vez en cuando”, habría dicho el famatinense.Mientras tanto, los dos ministros que serían candidatos a diputados provinciales, Carlos Luna y Délfor Brizuela, sacarían licencia en sus cargos durante la campaña y en caso de ser electos, permanecerían hasta su asunción a modo de transición hasta que se decida su reemplazo. Hay quienes opinan que es una excelente y elegante manera de oxigenar el gabinete sin tener que echar a nadie y LBH lo lograría sólo con impulsarlos a ser candidatos a diputados. En la intimidad, el famatinense no estaría del todo conforme con el accionar de casi todos los funcionarios de su gabinete. El motivo principal sería que el Gobernador está destinando grandes recursos a todas las áreas y los resultados sólo parecen brillar en Educación. Entonces se especula que las elecciones servirán a modo de bisagra para la continuidad del gabinete tal como comenzó.
Enmarcado en la vorágine del proceso eleccionario, el punto más urticante en la tarea de Gobierno lo marcó el alejamiento del secretario de Desarrollo Social, Fernando Pioli, a quien el propio gobernador Beder Herrera echó por presuntos malos manejos en los fondos que estaban destinados para la asistencia social y que no habrían llegado nunca adonde corresponde. La salida del funcionario provocó un fuerte remezón en el resto del gabinete tanto de primera como segunda línea ya que el mensaje habría sido que no se perdonará a nadie que sea detectado “metiendo la mano en la lata”. Es más, se pudo saber que hay algunos en la mira y que ante el primer desliz les caerá la gillotina.Sucede que Beder Herrera tiene el control absoluto de los dineros del Estado y de las cuentas que maneja el fisco, por lo que con sólo hacer un exhaustivo análisis del camino que sigue la cobranza de algunos cheques, puede determinar si existe algún desvío. Aún así, el Gobernador tendría previsto reforzar la tarea de la Unidad de Control Interno que encabeza Jorge Núñez. “Hay que sacudir el árbol de vez en cuando”, habría dicho el famatinense.Mientras tanto, los dos ministros que serían candidatos a diputados provinciales, Carlos Luna y Délfor Brizuela, sacarían licencia en sus cargos durante la campaña y en caso de ser electos, permanecerían hasta su asunción a modo de transición hasta que se decida su reemplazo. Hay quienes opinan que es una excelente y elegante manera de oxigenar el gabinete sin tener que echar a nadie y LBH lo lograría sólo con impulsarlos a ser candidatos a diputados. En la intimidad, el famatinense no estaría del todo conforme con el accionar de casi todos los funcionarios de su gabinete. El motivo principal sería que el Gobernador está destinando grandes recursos a todas las áreas y los resultados sólo parecen brillar en Educación. Entonces se especula que las elecciones servirán a modo de bisagra para la continuidad del gabinete tal como comenzó.
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