lunes, 13 de julio de 2009

GOBERNADORES CONDICIONAN SU PERMANENCIA EN EL KIRCHNERISMO.

Los gobernadores justicialistas, incluído el riojano Luis Beder Herrera dentro del núcleo K, y los que están mas alejados del matrimonio presidencial, decidieron aguardar los próximos pasos que tomará el gobierno de Cristina Kirchner, para determinar si continuarán profesando la ‘fe patagónica’ o comenzarán a tomar distancias en procura de un nuevo justicialismo. De hecho, analistas y operadores políticos coinciden en que, gripe porcina mediante, el plazo para ver hasta donde llega la ‘limpieza’, el cambio y la convocatoria al diálogo que lanzó Cristina en Tucumá, vence a fin de mes. Hasta ahora, los cambios en el gabinete y el discurso de la Presidente en Tucumán fueron tomados como una incipiente reacción tras la derrota. Muchos recuerdan con entusiasmo que el nuevo jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fue un hombre de diálogo cotidiano con ellos en su paso por el Ministerio del Interior. Pero quieren medir qué margen de maniobra tendrán los nuevos ministros en la práctica y si realmente aportan a un cambio en la gestión. Lo mismo ocurre con la convocatoria al diálogo de Cristina y su propuesta de reforma política. El grupo mayoritario de ganadores, aun con similares resquemores, impulsa esta tregua para no aparecer horadando la gobernabilidad. Están allí los mandatarios de provincias medianas y chicas como José Luis Gioja (San Juan), Juan Manuel Urtubey (Salta), Luis Beder Herrera (La Rioja), Walter Barrionuevo (Jujuy), Oscar Jorge (La Pampa) y Gildo Insfrán (Formosa). Aunque también integran este grupo, Jorge Capitanich y José Alperovich son dos casos aparte. En el caso de La Rioja, Beder Herrera tiene las expectativas puestas en tres temas determinantes. Cual será la respuesta de Cristina Kirchner a la inclusión en el presupuesto 2010 de los 400 millones de pesos que este año llegaron como fondos ‘extras’ vía convenio; que pasará con la extensión del régimen de la promoción industrial y como se resolverá el reclamo por una redistribución de los recursos de coparticipación federal entre la Nación y las provincias. Son temas excluyentes que, mas allá de la dependencia necesaria y obligada que La Rioja tiene de cualquier gobierno nacional de turno por razones de supervivencia mínima, pueden condicionar en mayor o menor medida la relación política entre La Rioja y el kirchnerismo, especialmente de cara al 2011, del cual ya se comenzó a hablar desde el pasado 29 de junio.

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