EL INADI CRITICÓ A TERESITA QUINTELA Y A LA IGLESIA.

La delegación La Rioja del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo envió, en la mañana de este martes, una nota a la senadora nacional Teresita Quintela, donde solicita explicaciones sobre sus declaraciones mediáticas en relación a la homosexualidad, ya que las mismas rozan lo discriminatorio. Además la invitó a reunirse con las autoridades del INADI a fin de analizar los alcances del proyecto de ley de reforma el Código Civil que permite el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, y los mecanismos de discriminación que tienden a la negación de la existencia de estas orientaciones sexuales e identidades de género. Las personas con diversas orientaciones sexuales e identidades de género figuran entre los grupos humanos discriminados en nuestra sociedad, a los cuales se les reservan etiquetas negativas y epítetos peyorativos y ofensivos. Los sentimientos de rechazo y desprecio, que llegan a la violencia y la agresión contra estos seres humanos, se denominan homofobia. Sin embargo, existen otros mecanismos más sutiles pero igualmente dañinos de expresión de la discriminación hacia las personas con distintas orientaciones e identidades sexuales, como es el caso de la difusión de prejuicios. El INADI considera que las confusas declaraciones de la Senadora, se originan en un prejuicio sobre la homosexualidad según la cual se tratarían de personas psicológicamente trastornadas o genéticamente defectuosas. Asimismo sostiene que cuando no se toman medidas desde el Estado, y sus representantes, para clarificar las creencias y valoraciones negativas homofóbicas, se produce la exclusión y marginación de estos grupos, vulnerando sus garantías legales, civiles y políticas, con el agravante de que no se previenen situaciones potenciales de violencia y agresión. Finalmente, el Delegado del INADI Marcelo Lucero criticó la consulta de la senadora a las autoridades eclesiásticas y la movilización de los credos evangelistas contra el proyecto de reforma del código civil. “Los estados y las iglesias deben permanecer separados y ser autónomos en sus respectivos ámbitos. Esta regla básica, del constitucionalismo moderno y de los valores del Estado democrático se quiebra cuando las iglesias intentan asumir competencias que corresponden en exclusiva al poder civil, porque este contradice sus principios religiosos”, sostuvo.