Si hubiera sido por los sondeos de Tendencias Argentinas, Julio Martínez tendría que asumir antes de fin de año en Casa de Gobierno. Pero fueron números “inventados” de encuestadoras sin antecedentes. Y esa firma es la misma que decía que Ángel Maza le restaba votos al radical en sus aspiraciones a la Gobernación. Por eso, nunca avanzaron en un verdadero frente opositor. Hoy con los números del último domingo, quizás el chileciteño solo acompañe -como decía Maza- para que a través de un frente electoral, aunque sea, se queden con las bancas de la minoría. Lo cierto es que otra vez los caminos conducen a un acuerdo político entre el ex gobernador y el actual diputado nacional con la gran disyuntiva: a quien llevará como candidato a presidente. Maza dice ser un hombre de Cristina Fernández y Martínez es un dirigente de Ricardo Alfonsín. Pero por encima de los proyectos nacionales, si ambos no buscan alguna estrategia en común, el tsunami oficialista se podría quedar con todo lo que estará en juego el 23 de octubre. El ex mandatario anticipó su intención de ser candidato a senador y el legislador juega a las escondidas. En ese marco, el mazismo no tiene estructura política, ya que sus socios hoy son todos bederistas, y el radicalismo tiene presencia en el interior, pero en la Capital está muy disgregado más allá de la lectura de Inés Brizuela y Doria, una vicepresidente sin autocrítica. Consultado sobre las elecciones nacionales de octubre, Martínez explicó por Radio Fénix que de acuerdo a lo que definió el comité nacional del radicalismo, su partido hará un frente con sectores opositores al gobierno de Cristina de Kirchner y Luis Beder Herrera, e incluso precisó que la UCR es el único partido en ocupar ese rol en todos los distritos. Para el diputado nacional, su partido es el único que puede presentar una oposición real al kirchnerismo en los comicios del próximo octubre, porque cuenta con presencia en todos los distritos electorales. Para lograrlo, la estrategia será realizar alianzas electorales con todos los sectores opositores a al kirchnerismo. En este marco, no descartó, ni afirmo su propia candidatura. Pero tampoco precisó sobre las fuerzas provinciales con quienes mantendría diálogo para cerrar esta alianza anti K. La falta de olfato político de Martínez lo llevó a que él mismo se restara votos al elegir a Hugo Vergara como su compañero de fórmula, un dirigente justicialista que fue ultrabederista -con un cargo menor en el 2007- y luego el enojo lo colocó en la vereda del frente, pero sin peso específico para sumar. Hay que tener en cuenta que las candidaturas para octubre deberán definirse en internas abiertas. Entonces, los tiempos se acortan cuando solo ha pasado una semana de las elecciones provinciales.
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