lunes, 20 de junio de 2011

ESTIMAN QUE LA ASIGNACION UNIVERSAL POR HIJO ALCANZA AL 75% DE LOS NIÑOS POBRES.

"El programa de asignaciones universales por hijo (AUH) plantea la extensión de las asignaciones familiares que tradicionalmente recibían los trabajadores formales a hijos de desocupados y trabajadores informales", indica el trabajo "Estimación del impacto distributivo de las asignaciones universales por hijo", de los académicos de la Universidad Nacional de La Plata Leonardo Gasparini y Guillermo Cruces. La investigación plantea que la instrumentación del plan fue consecuencia de la persistencia de la pobreza en el país durante el sexenio 2003-2008, que fue un período de crecimiento económico. "La nueva Asignación Universal por Hijo para Protección Social (AUH) establece que cada familia cuyos integrantes no tengan un trabajo en blanco recibirá $ 180 mensuales por niño menor a 18 años. Se trata, al menos por su magnitud presupuestaria, de la decisión de política social más trascendente en mucho tiempo. La asignación se paga en un 80% todos los meses y el 20% restante se abona cuando se presenta la documentación de vacunación y control sanitario para los menores de cuatro años, y la acreditación de concurrencia al colegio a partir de los 5 años. Se estipula además un pago de $ 720 por hijo con discapacidad", detalla. "Por limitarse a grupos familiares que se encuentran desocupados o que se desempeñan en la economía informal, y a alumnos de escuelas públicas, entre otros requisitos, el programa no parece a priori universal. En la práctica, sin embargo, es probable que virtualmente toda la población menor de 18 años quede cubierta por el beneficio de una asignación familiar", advierte la investigación. Esta laxitud, precisamente, determina que los investigadores, a la hora de estimar el costo del programa, conciban tres escenarios posibles. En el primero, la pauta consiste en que el gobierno implementa el programa tal como se establece en el reciente decreto y que todas las familias que califican para ser beneficiarias, se postulan y son aceptadas en el programa. El decreto establece que no recibirán asignaciones aquellos niños que no asisten a escuelas públicas, ni aquellos cuyos padres son trabajadores informales con ingresos superiores al salario mínimo. En este escenario, el nuevo programa cubriría a cerca de 1 millón de familias y 2.5 millones de niños, a un costo total anual de $ 5.413 millones. Este, sin embargo, no es un escenario realista, dada la incapacidad práctica del sector público para verificar los ingresos reales de los trabajadores informales. Un segundo esquema refiere al caso en el que sólo los hijos de desempleados y de trabajadores informales que asisten a escuelas públicas reciben el subsidio. En este esquema, en el cual se incluiría a todos los trabajadores informales sin verificación de ingresos pero, a la vez, en el que se excluiría a niños y jóvenes que no asisten a escuelas públicas, el programa nacional alcanzaría a 3,6 millones de niños y su costo ascendería a los $ 6.576 millones anuales. Finalmente, la tercera hipótesis refiere a que todas las familias de desocupados o de trabajadores informales con niños menores de 18 años son cubiertas por el nuevo programa. Para Gasparini y para Cruces, este escenario es el que se considera más probable. En ese caso, la Asignación Universal beneficiaría a alrededor de 2,4 millones de familias, y su costo alcanzaría los $ 10.814 millones anuales. Su cobertura, según esta pauta, sería superior en un 20% al pico que alcanzó el Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados entre 2002 y 2003, cuando alcanzó a cubrir casi dos millones de hogares. De hecho, en este esquema, el programa nacional cubriría, prácticamente, uno de cada cinco hogares argentinos, lo cual posicionaría a las AUH como una de las políticas de asistencia de mayor alcance en la región, así como una de las de mayor presupuesto en relación al PBI. Dado que el subsidio es por niño, y no por hogar, como en el Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, el número de beneficiarios sería de unos 5 millones, es decir más del doble del programa Jefes en su momento de máximo alcance. La Asignación Universal por Hijo, en este contexto, daría cobertura a más del 40% de los niños argentinos, y a casi 75% de los niños pobres.

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