El impacto positivo de la Asignación Universal por Hijo (AUH) no está alcanzando la dimensión esperada como consecuencia de la escalada de precios, que impide a los sectores más postergados incrementar su consumo en forma proporcional a la suba de sus ingresos nominales. Es decir, como consecuencia de la inflación, si el ingreso de una familia aumenta mes a mes en un 10 por ciento a partir de la asignación por hijo, no necesariamente implica que su nivel de consumo subirá en la misma propoción, porque a lo largo de uno o varios meses ese rendimiento se irá licuando, ya que los bienes que podía consumir cuestan cada vez más caros. Según un estudio elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, la tendencia positiva de la Asignación por hijo “habría encontrado al menos dos limitaciones importantes para lograr un mayor impacto real en materia de reducción de las tasas de pobreza e indigencia, así como para generar otras mejoras directas e indirectas en la inclusión social de la infancia en situación de vulnerabilidad social”. En primer lugar, el “efecto inflacionario sobre los precios de los bienes alimenticios y servicios básicos (cuyo efecto anual estimado por fuentes extra-INDEC) habría sido no menor al 30 por ciento”. Y en segundo término, “la cobertura parcial que todavía presenta el sistema de protección social hacia los hogares con niños en situación de marginalidad económica, ya que entre el 20 y el 40 por ciento de los niños más pobres no accede todavía a ningún tipo de protección, lo cual representa el 8% del total de niños”. “Sea por uno u otro motivo, la indigencia y la pobreza no habrían bajado todo lo esperado cuando se consideran los precios de la Canasta Básica Alimentaria (CBA) y de la Canasta Básica Total (CBT) de los que informan algunas oficinas provinciales de estadística, centros de investigación o consultoras privadas (extra-INDEC)”, sostiene el trabajo. La canasta básica integrada por alimentos y artículos de primera necesidad de marcas líderes aumentó 4,19 por ciento en mayo, al subir de 293,07 a 305,35 pesos, según un relevamiento de la entidad de usuarios y consumidores Adelco, que suministra todos los meses. Los cinco productos que más aumentaron fueron cebolla redonda, con el 32,03 por ciento; tomate redondo larga vida, 29,68; galletitas saladas de agua, 23,10; nalga cortada para milanesa, 15,32, y fideos secos, 11,27. Estos valores se aproximan mucho más a lo que suministran las consultoras privadas y en muchos casos a los de provincias, que los brindados por el Indec. Los aumentos de precios en los alimentos y en artículos de primera necesidad impactan directamente en los sectores de menores recursos de la sociedad, inclusive potencia los indicadores que conforman el costo de vida.
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