En la avenida Perón, muy cerca de la sede de la Casa de Todos, está la “Casa de Armando”, un bunker que fue tomando color político con el paso del tiempo, donde el actual secretario deliberativo comenzó a seducir a los más críticos de su sector y hoy se ha transformado en el ámbito de las grandes decisiones. Así Armando Molina, viceintendente electo, deja el principal sillón de su oficina a Ricardo Quintela para que ese ámbito sea de discusiones políticas. Fue el sitio elegido para afianzar aún más el proyecto “Q” que logró en las últimas elecciones casi el 50 por ciento de los capitalinos. Ahora va por otro desafío no perder la llave en la Capital Federal. En una especie de cerrajero, el quintelismo ve todas las opciones: la principal fue no alejarse de Luis Beder Herrera, quien tiene el 67 por ciento de adhesión en la provincia. Y luego aceptar un acuerdo con Mario Guzmán Soria, un desconocido para el electorado, aunque sea el presidente de la bancada justicialista.Hasta allí llegó el proyecto “Q”. Pero no le cierra ser segundo en la lista oficial, aunque también disputan ese estamento Teresita Luna y Jorge Yoma. Hay un simple razón, si Teresita Quintela –cuestionada por la Casa Rosada por su voto no positivo- es compañera de fórmula de Guzmán Soria tendrán que batallar muchísimo para la reelección de la banca. Y si van a internas se producirá un desgaste que también podría repercutir en el mismo despacho municipal.A todo ese, el sector “Q” analiza que otra vez deberán trabajar para que otro candidato sea electo, por encima que ellos sean los dueños de los votos. Para muestra vale un botón: hicieron diputado a Carlos Luna y en la última no aceptaron ningún tipo de acuerdo, fueron solos, pese que Armando fue el más cuestionado dentro y fuera del Palacio Municipal. Ahora bien, el quintelismo pone el tablero, las piezas y la estrategia, pero no tiene asegurado nada, ya que corre el serio riesgo de quedar afuera de todo, aunque haya mimos y mensajes positivos desde la Casa de Gobierno. Por lo cual, el proyecto “Q” estaría dispuesto a jugar su “reina” o mejor dicho su “rey”, ya que Ricardo Quintela podría salir a competir una banca a senador, si no hay un acuerdo serio, concreto y sin medias tintas. Y más que el candidato muleto será Carlos Menem, que sería acompañado por una mujer muy cerca a Luis Beder Herrera. Por eso, el jefe comunal lo jubiló al ex presidente, aunque reconoció todo lo hecho. La ecuación es más: hoy Quintela tiene casi el 50 por ciento del electorado capitalino y con un ajuste de tuercas –y despertaría células dormidas del interior-, con esos votos garantiza presencia en el Congreso y hasta puede ser el motor para que entre la lista completa, con diputados nacionales incluidos. El antecedente fue cuando Ángel Maza venció a Carlos Menem: dio una señal de poder a la Casa Rosada y luego tuvo el pago desde el despacho de Néstor Kirchner. Ya que la política no se comenta, se juega en las urnas. De allí en más, todas las conjeturas valen: desde que Quintela se podría ir al Senado para conseguir recursos frescos para el municipio que quedaría en manos de su amigo Armando Molina y trabajar en pos de su proyecto a la Gobernación con vistas al 2015. O seguir como está para que su hermana Teresita esté otra vez en el Congreso de la Nación. Mientras tanto, Guzmán Soria deja abierta todas las posibilidades. “Es una posibilidad cierta (de ir con Teresita Quintela), pero ahora no es definitivo, todavía falta tomar una decisión más allá de mis gustos, sería un honor”, dijo. Y apuntó: “Sin prejuicios de la respuesta de dar es inadecuada, porque no soy yo quien lo va a decidir sino mis compañeros, pero tengo mucha plafón para poder decir, que el sector me va a brindar su rotundo apoyo”. E insistió: “En política son decisiones colectivas que no solo involucran a la Cámara de Diputados, sino también al gobierno de la provincia como al gobierno nacional ya que seguimos una corriente. Hoy sería apresurado confirmarlo a esta altura, pero sería un honor” de ser el candidato oficial.
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