martes, 3 de julio de 2012

EL GOBIERNO PROVINCIAL SEGUIRÁ APOYANDO A LA FAZENDA DE LA RIOJA.

Miembros de la Fazenda de la Esperanza de La Rioja visitaron este martes al vicegobernador, a cargo de la Gobernación, Sergio Casas para agradecer el permanente apoyo que reciben y expresarle una serie de necesidades.La reunión se realizó en la Casa de Gobierno y participaron el vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, Ángel Páez, el padre Jorge Pérez, los fundadores de la Fazenda de San Pablo, Brasil, Fray Hanz Stappel y Nélson Giovanelli, el responsable de las Fazendas de Argentina, Uruguay y Paraguay, Marcelo Rodríguez y el responsable de la Fazenda de La Rioja, Carlos Jara. Entre los principales requerimientos expresados a Casas, se destacan la necesidad de escriturar los terrenos donde funciona esta institución, el mejoramiento de las viviendas que ocupan los jóvenes adictos en recuperación y la renovación de mobiliario deteriorado en estos cuatro años de funcionamiento. Antes estos pedidos, Pérez comentó que el vicegobernador se comprometió a “viabilizar los pedidos que se han presentado”. La Fazenda es una comunidad religiosa dedicada a la recuperación de jóvenes con problemas de adicciones a través de la vida en comunión, el trabajo y la fe en Dios. Durante la reunión, el vicegobernador se mostró orgulloso por la presencia de la Fazenda en La Rioja y reconoció la importante misión social que cumplen en nuestra comunidad, porque “nadie está exento” del problemas de las adicciones. A su vez, el padre Pérez comentó que plantearon al vicegobernador la necesidad de “acondicionar las casas de un modo que facilite la plena convivencia de los chicos” y “renovar las camas, colchones y algún tipo de mobiliario para las habitaciones de ellos”. El religioso explicó que la Fazenda no cuenta con los recursos suficientes para renovar estos elementos que se fueron deteriorando en estos cuatro años de funcionamiento de la comunidad. Durante la charla, los representantes de la Fazenda también señalaron la necesidad de regularizar y escriturar los terrenos donde funciona la institución porque este es un requisito para gestionar ayuda internacional que se destinará a distintas obras y adquirir elementos necesarios para su buen funcionamiento. Pérez explicó que una Fazenda no solo consta de habitaciones para dormir, si no que implica muchas otras estructuras como salones para trabajar y espacios para el deporte, entre otras instalaciones. La Fazenda de La Rioja está ubicada en la zona conocida como El Duraznillo, en la zona rural del Departamento Capital y actualmente alberga a cinco jóvenes. Desde su creación, hace cuatro años, permitió la recuperación de 28 jóvenes. El padre Pérez comentó que actualmente en todo el mundo existen 87 Fazendas distribuidas en 14 países. Stappel y Giovanelli crearon las primeras Fazendas hace 29 años. En la Fazenda de La Rioja solo hay jóvenes varones que ingresan y pueden retirarse en forma voluntaria. Ellos llegan “no como pacientes, sino como hermanos, por eso esto se llama comunidad”, indicó. Pérez detalló que la Fazenda recibe a jóvenes con problemas de adicción a las drogas, el tabaco, el alcohol, el juego y enfermedades como la anorexia. El cura señaló que la terapia se basa en el trabajo para dignificar, asignar responsabilidades y que el joven compense lo que recibe con su propio esfuerzo. Otro pilar es la vida en comunión porque el joven adicto “puede estar en grupo, sin embargo experimenta una gran soledad”. Entonces esta vida en comunidad “hace posible que unos compartiendo con otros puedan hablar y expresar lo que tienen”, añadió. Finalmente está la espiritualidad que “es lo que anima el alma de las personas; porque no basta brindar razones o una estructura cómoda, sino que en las personas debe haber motivación”, puntualizó. En cuanto al financiamiento de la Fazenda de La Rioja, algunos recursos provienen de la venta de artesanías y alimentos elaborados por los propios jóvenes. Estos productos son enviados a los familiares para que las vendan. Asimismo, hay personas y familias que voluntariamente realizan visitas a los jóvenes para apoyarlos en su tratamiento. Cada joven permanece un año en la Fazenda y, una vez por mes, recibe la visita de sus familiares y allegados. Muchos de ellos, una vez que terminan su terapia, siguen ligados a esta comunidad para ayudar a otros a dejar atrás el problema de las adicciones. Finalmente, Pérez señaló que quienes deseen colaborar y realizar donaciones a la Fazenda pueden dirigirse a la Parroquia del barrio Schincal.

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