El impulsor de la ley provincial de protección de algarrobos y presidente de SOPROA (Sociedad Provincial para Protección Ambiental), Héctor Páez, dio a conocer la preocupación de vecinos de Villa Castelli por la “tala indiscriminada de algarrobos” en los campos aledaños a la población.Tras su visita al lugar, los vecinos le comentaron que “hace varios años que suceden estos procederes”, ante lo que consideran “ineptitud de los responsables de proteger estas especies que están amparados por ley”.Asimismo dijo que “visitamos el lugar y las evidencias estaban a la vista, es impresionante la ferocidad de los desmontes que se están llevando a cabo en forma sistemática”.Héctor Páez asegura que los vecinos “evidencian alarmados el total desinterés y la despreocupación de las autoridades. Tanto los vecinos como las circunstancias que rodean estos campos, reflejan y marcan claramente la oportunidad de los mercaderes para beneficiarse con el producto de estas especies”.También indicó que “hace tiempo que no toman medidas preventivas dado el valor medicinal, artístico, cultural e histórico de estas plantas en nuestras provincias”.La protección del algarrobo mediante la ley se propició por iniciativa del ambientalista Héctor D. Páez, apoyado en su momento por 6.000 vecinos de Chilecito. El proyecto fue presentado por el entonces diputado Juan Carlos Pagotto el 29 de noviembre de 1996.En la misma se indica que se declara de Interés Provincial y sujeto a protección pública a las plantas de algarrobo (género prosopis); y que la Función Ejecutiva deberá implementar medidas urgentes por medio de las reparticiones que correspondan destinadas a proteger, conservar y producir ejemplares de esta especie vegetal.Asimismo en el artículo 3 establece que es obligatoria en el territorio provincial la denuncia de los actos depredatorios de esta especie vegetal, por parte de quien tuviera conocimiento directo o indirecto del mismo.La denuncia deberá formularse ante la autoridad de aplicación (Dirección de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable), la que deberá de inmediato labrar las actuaciones del caso conforme a los términos de las leyes vigentes y de la presente.Páez sostuvo que “estoy seguro que los actores del Poder Ejecutivo mostrarán una gran capacidad e ingenio, implementando y contribuyendo a esta ley con un relevamiento y construcción de un mapa de la poblaciones de la especie prosopis y a la especie Aaspidoderma schlet (quebracho) para determinar el reservorio genético de estos ejemplares únicos; y premiando a la vez a propietarios e instituciones educativas para que promuevan su conservación.“El reservorio de estas plantas protegidas por ley debe estar dentro de un ordenamiento destinado al patrimonio provincial o como emprendimiento ecoturístico o dentro de un modelo similar a la granja ecológica, en el sentido que produce pero a la vez protege la flora autóctona”.Agregó que “La Rioja en este sentido fue pionera en la protección de esta especie en la Argentina, ya que actualmente revisten la misma ley de protección Entre Ríos, Córdoba, Catamarca y San Luis”.Añadió que “se ha dicho con énfasis en distintos foros que la tala de bosques es uno de los factores que acentúa fenómenos como el calentamiento global, no sólo porque no hay árboles para realizar la fotosíntesis (proceso mediante el cual las algas y las plantas sintetizan materia orgánica que constituye a los seres vivos, partiendo de la luz y la materia inorgánica), sino también porque en grandes extensiones la cubierta vegetal de la tierra (que rechaza los rayos solares) desaparece, provocando diversos efectos, como inundaciones, sequías, pérdidas de humedad y de nutrientes, degradación del suelo, etc”.Páez finalmente dijo que “en el departamento Vinchina, también las autoridades locales tienen desidias sobre estas especies. A la entrada de la población después del puente que la separa de la “Banda”, y pasando el Monumento al Gaucho, metros hacia la derecha, se emplaza el algarrobo histórico por su antigüedad, un atractivo turístico que no saben utilizar los funcionarios locales. “Este árbol que cumplirá 127 años se encuentra abandonado y desamparado no sólo de la ley, también de los operadores que recogen leñas todos los años de sus ramas. Este monumento natural debe ser el orgullo de los vinchinenses, debe tener un letrero que indique sus años y otras historias que los vecinos conocen, estar rodeado de una plazoleta con rústicos asientos y mesas para la familia y visitantes ocasionales que deseen tomar mate y otras actividades”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario