jueves, 2 de enero de 2014

COLOMBO PIDIÓ TRABAJAR POR LOS MÁS POBRES Y LOS JÓVENES.

En su primera participación como pastor de la Iglesia riojana en la celebración del Tinkunaco y la procesión de San Nicolás, el obispo Marcelo Colombo dio un contundente mensaje destinado a la sociedad en general y a las autoridades, para profundizar el trabajo social apuntado a los más pobres y los jóvenes, bajo un modelo de honestidad y nobleza. El tradicional “Encuentro” entre el santo moreno y el Niño Jesús Alcalde fue una nueva demostración de fe popular, al igual que la procesión que se realizó ayer por las calles céntricas. Como cada 31 de diciembre, una multitud de riojanos renovó su fe ante las imágenes sagradas de San Nicolás y del Niño Jesús Alcalde; y revivieron lo ocurrido el Jueves Santo de 1593 para Pascua, cuando los diaguitas se alzaron contra los españoles. Ayer, desde temprano, los capitalinos comenzaron a acercarse a la plaza principal de la ciudad, con el fin de poder tener la mejor ubicación, y de esa forma, ver cuando las imágenes celebraran el Tinkunaco. Los números sobre la cantidad de fieles que asisten, podrán variar año tras año, pero la fe parece mantenerse, e inclusive, acrecentarse cada vez que se revive el tradicional Encuentro. Para la alegría de todos, el santo moreno regaló un día poco habitual para un 31 de diciembre, el nublado y la lluvia previa, formaron parte de ese encuentro entre dos culturas, lo que le permitió a los presente, no sufrir las altas temperaturas, y sentirse bendecidos. Es importante resaltar que, pensando en los intensos calores de los últimos días, desde la organización, habían colocado gazebos (toldos) en diferentes sectores de la plaza, principalmente sobre las calles San Nicolás de Bari y 25 de Mayo, para que los fieles tuvieran donde refugiarse del intenso sol riojano. “El Tinkunaco es un encuentro personal y comunitario con Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre; es Dios mismo, quien pone su casa en medio de su pueblo; es Dios llamándonos a la paz; es Dios el humilde niño de Belén transformando los corazones afligidos; es Jesús acompañado todas nuestras angustias; es el príncipe de la paz que vino a nosotros”, así describieron los locutores a ese momento de fe y esperanza; y agregaron que “dos pueblos enemistados, encontraron en Cristo, la verdadera paz”. Cabe señalar, que participaron de la ceremonia, el gobernador Beder Herrera; el vicegobernador Sergio Casas; ministros; secretarios y demás funcionaros de su gabinete. Por otra parte, representando al municipio de Capital, estuvieron presente el viceintendente Armando Molina, en representación del jefe comunal Ricardo Quintela; acompañado por funcionarios y concejales. La primera imagen en llegar a la plaza principal, fue la de San Francisco Solano, hombre de Dios, que pacificó a dos pueblos con su violín y evangelizó a dos culturas que estaban enemistadas. Es por eso, que una vez más, participó de la ceremonia, como fiel testigo de lo sucedido en la Pascua de 1593. Arribó acompañado por la Banda de Música de la escuela San Francisco, en medio de los aplausos de los fieles. Apenas algunos minutos antes de las 12:00, las campanas de la Catedral comenzaron a repicar, anunciando la aparición, en el atrio de la iglesia Catedral, de la imagen del santo moreno. La multitud lo recibió con gran algarabía, y una inmensa felicidad, que se manifestó en cada uno de los rostros. Con aplausos, y pañuelos y banderas desplegadas en lo alto, los fieles celebraron la llegada de San Nicolás. Posteriormente, la Banda de Música de la Policía de la Provincia, interpretó el ‘Himno a San Nicolás’, que fue entonado por todos los presente, a medida que la imagen tomaba ubicación frente a la ‘Casa de las Tejas’, acompañada por el obispo Marcelo Colombo, quien encabezó, por primera vez, la ceremonia; párrocos de las diferentes iglesias de la provincia; y los alféreces. Luego, arribó la imagen del Niño Alcalde, acompañada por sus allis, y también, en medio de los aplausos y alegría de los riojanos, quienes entonaban el carnavalito propio del “Niñito”. Una vez que las imágenes estuvieron frente a frente, los dos pueblos se encontraron ante la atenta mirada de San Francisco y de todos los fieles, que les pedían desde lo más profundo de sus corazones, por salud, amor y protección, para sus familias, al tiempo que agradecían por lo recibido durante el año. En ese momento, el santo moreno y los riojanos, realizaron las tres genuflexiones ante el Niño Jesús Alcalde: En la primera, se lo reconoció como hijo de Dios; en la segunda, a Jesús como rey dueño de la vida y la muerte; y en la tercera, se reconoció a Jesús, como el hombre que nació en un portal de Belén.Después, el obispo Marcelo Colombo, bendijo, acompañada con incienso las imágenes, reconociendo así a Jesús, como el salvador, y la santidad de San Nicolás de Bari. Luego, el viceintendente Molina, simbólicamente hizo entrega de las llaves de la ciudad a la imagen de Jesús, el divino Niño Alcalde; mientras que el gobernador de la provincia, Luis Beder Herrera, hizo lo propio entregando a San Nicolás, el bastón de mando, que como Gobernador, recibió al ser electo. El Encuentro, o Tinkunaco, finalizó en medio de aplausos, y hasta de lágrimas de los fieles, minutos después de las 12:30, cuando mirando a su pueblo, la imagen de San Nicolás ingresó a la Catedral, secundado por el Niño Jesús, quien renovó sus votos como Alcalde de la Ciudad.

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