La falta de agua por las escasas y hasta nulas precipitaciones en el campo riojano, sobre todo en los Llanos movilizó tanto a autoridades de gobierno como a los pequeños productores para encontrar alternativas de subsistencia en donde se privilegia la solidaridad de las partes. Se construyen centros de acopio de forrajes y granos. En parajes rurales como Bella Vista, a unos 20 kilómetros de Chamical, se presenta una situación testigo que se refleja en distintos lugares del interior de la provincia, donde el pequeño productor enfrentando distintas adversidades, sobre todo climáticas, optó por el arraigo. La falta de lluvias se acentuó en La Rioja y en los Llanos en los últimos años, de allí que no es suficiente la tarea de un solo actor sino que tienen que conjugarse la labor solidaria del Estado, ya sea nacional, provincial o municipal, con las organizaciones productivas y el poblador del campo. Se apeló al desbarre de represas para optimizar el recurso hídrico de las pocas lluvias, riachos o algún arroyo; se construyeron reservorios y hasta se desafía con nuevas perforaciones a los que se debe sumar la inimaginable pero ansiada llegada histórica de la energía rural a lugares inhóspitos del interior riojano. En Bella Vista vive con su familia Irene Ferreyra (productora cabritera), que hace honor al valor de hermano y de actitud solidaria por excelencia en su diaria entrega y predisposición para mejorar las condiciones de vida en el la zona rural. En unos tres meses y con el aporte del estado riojano, a través de la Secretaria de Agricultura y Ganadería, conformó uno de los tantos centros de acopio de forrajes y granos bajo la modalidad de fondos rotatorios, en una tarea que es ratificada en cada entrega de insumos por sus pares productores, que en número de unos 45 desfilan cada tanto por su vivienda. A lo largo de la geografía riojana hay seguramente más de una Irene Ferreyra que con gran actitud altruista, vocación de trabajo, mano firme, el rostro curtido por el sol y los vientos fríos del invierno han apostado a la producción, en menor escala que los centros ganaderos o cabriteros del país, pero con el tesón de querer mejorar su calidad de vida.
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