La Secretaría de Ambiente a través de su Dirección de General, realizó la inspección de una ladrillera que posteriormente fue clausurada, ya que los emprendimientos de estas características tienen prohibido el encendido de hornos para el cocido del producto en zonas urbanas. La Dirección General de Ambiente informó que a través de una denuncia efectuada por vecinos de la zona, el fin de semana próximo pasado se procedió a la inspección de una ladrillera donde se constato el pleno funcionamiento de un horno para el cocimiento de ladrillos, que derivó en su inmediato apagado y clausura del emprendimiento productivo. El titular de la cartera ambiental Nito Brizuela explicó que esta actividad debe realizarse lejos de la zona urbana teniendo en cuenta que provoca a considerables impactos ambientales, con los consiguientes cambios en el medio natural, erosión, desequilibrio ecológico y otros. Uno de los puntos más complejos del proceso artesanal de elaboración de ladrillos, desde el punto de vista de su impacto sobre el medio ambiente, se concentra en la cocción y el encendido del horno. Este produce fuego carente de oxigeno, lo que provoca gran emisión de humo y olores de leña mal combustionada, que generan severas enfermedades bronco respiratorias. El funcionario explicó también que mantuvo una reunión con el secretario de Tierras Ariel Puy Soria para tratar de reubicar estos emprendimientos productivos y que puedan continuar desarrollando sus actividades, además de preservar las fuentes laborales.
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