El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) adhiere y se suma a la Campaña en contra del Femicidio. “Trabajamos para asistir pero fundamentalmente para prevenir la que constituye una de las discriminaciones más invisibilizadas en la sociedad”, se expresó desde el Instituto. “Avanzamos en tener leyes que nos amparan y protegen pero seguimos necesitando que éstas sean aplicadas con efectividad. Por eso, desde el Instituto nos comprometemos a capacitar en materia de género, con carácter urgente, a los efectores de justicia, a través de las delegaciones del INADI de nuestro país; y a realizar las gestiones correspondientes con las Cortes Supremas Provinciales para garantizar una línea de trabajo concreta con sentido federal”, se manifestó desde INADI. “El femicidio es el asesinato de mujeres por razones de género y constituye la forma más extrema de esta violencia. Es preocupante como la cifra de femicidios por año en nuestro país va en aumento. Desde el INADI sostenemos que erradicar los femicidios es una tarea que debe unirnos a varones y mujeres por igual, porque nuestra democracia lo reclama”, sostuvo la delegada del INADI La Rioja, Alejandra Romero. La violencia contra la mujer es el delito más común, pero a la vez el menos registrado y sancionado en el mundo: cuando la violencia se produce en ámbitos privados posee escasa visibilidad y a menudo plantea la dificultad de no contar con testigos imparciales. Las víctimas se encuentran en entramados emocionales-familiares que dificultan las posibilidades de acción. El miedo, los sentimientos de culpa y la falta de claridad ante la situación, junto con la carencia de sustentabilidad económica y de redes de apoyo para buscar la salida a estas situaciones, llevan a que una mujer víctima de violencia pueda tardar años en poner un freno a la situación, y a que muchas veces nunca pueda. Cuando violencia se produce en ámbitos públicos y se hace más visible, suele ser banalizada por estar naturalizada. Se la considera como producto de un momento de pelea, sin sopesar las consecuencias, la afectación que implica a nivel de los derechos y el riesgo que conlleva para la integridad física y emocional de quien la padece. En síntesis, se trata de una forma de discriminación de bajo registro dada la naturalización de los roles atribuidos a cada género.
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