Un sinnúmero de pesebres se armaron en casa de familias y en espacios verdes, muchos para participar en el concurso que organiza el municipio a través de la Secretaría de Turismo y Cultura y la Dirección de Cultura.Se observó creatividad, ingenio y laboriosidad en el armado además de la participación de menores que siguen una tradición en agradecimiento al Niño Dios y por devoción familiar.Historias familiares y de fe se escuchan en cada una de las familias por ejemplo, la familia Torres de barrio El Parque, cuya tradición lleva más de 126 años, la familia Asís del mismo barrio, con más de cien años vistiéndolo, por eso la decisión de las autoridades municipales encabezadas por la intendenta Silvia Gaitán de darle relevancia a este acontecimiento designando a estos vecinos como embajadores culturales del departamento.También hay mucha tradición pesebreana en los distritos. Si bien muchos abandonaron, otros continúan a lo largo de los años con esta costumbre a través de los hijos.Las representaciones se distinguen por la utilización de piedras, otros por un trabajo con alambre y papel, formando cerros, pero todos usando el paisaje local para dar un marco propio al Nacimiento del Niño Dios. En todos hay esmero y dedicación, incluso en las familias que usan los espacios verdes junto con la participación de la comunidad.
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