martes, 1 de noviembre de 2016

MÁS VALE PREVENIR QUE CURAR.

Distintas actividades se desarrollaron ayer, en la plaza 25 de Mayo para recordar el Día Mundial y Nacional del Ataque Cerebral. El evento organizado Dirección de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del ministerio de Salud despertó el interés de quienes transitaban por el centro de la ciudad. Organizado por la Dirección de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del Ministerio de Salud, se recordó el “Día Mundial de Prevención del Ataque Cerebral”, con una serie de actividades que se iniciaron pasadas las 9, y se extendieron hasta el mediodía. Participaron del evento los PayaEnfermeros, Coordinación de Enfermería, alumnos de APS Fundación Barceló, municipios y comunidades saludables. En forma espontánea, los peatones que circulaban por la plaza se acercaron al gacebo que se había levantado en un sector, donde se les hizo la toma de presión arterial y glucemia, al tiempo que se les impartió recomendaciones para un efectivo control del colesterol. La responsable del evento, doctora Edith Falon Nacuzzi, comentó que “fue una hermosa jornada de difusión del conocimiento que nos permiten prevenir el ataque cerebral”. En ese sentido, alumnos universitarios entregaron folletos y elementos ilustrativos para explicar los componentes del cerebro y las funciones de cada una de las partes. Como se recordara, cada 29 de octubre se celebra el Día Mundial de la lucha Contra el Accidente Cerebro-Vascular (ACV), pero las actividades en esta Capital se realizaron ayer. Esta patología es la segunda causa de muerte a nivel mundial. El ACV, como se lo conoce en forma popular, se produce cuando se rompe una arteria que abastece de sangre al cerebro, provocando una interrupción en la llegada de sangre que nutre el cerebro, dejándolo sin oxígeno y nutrientes. Dando como consecuencia que en cuestión de minutos las células comienzan a morir. Los síntomas más frecuentes al sufrir accidentes cerebrovasculares son: dificultad para hablar, pérdida de la visión, trastorno del equilibrio, parálisis o adormecimiento de la cara, brazo o pierna, entre otros.

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