lunes, 23 de junio de 2014

“UNA ESPERANZA DE MEJORAR Y LA POSIBILIDAD DE CONSTRUIR FUTURO”.

El mensaje es de Amelia De la Vega, directora de la Escuela Nº 376 “María Noriega de Ledo”, del paraje Salinas de Busto en el departamento Independencia. La profesora llegó al lugar hace 18 años y hoy forma parte de la comunidad con quien comparte logros y necesidades. Consideró que la llegada de la energía eléctrica les permitirá además de mejorar la calidad y comodidades de vida, implementar nuevas prácticas de enseñanza. “Se nos abre una esperanza y la posibilidad de construir futuro que era lo que nos faltaba”, dijo embargada por la emoción. Con mucha emoción, la directora de la institución educativa a la que asisten 13 alumnos, reflejó “los nervios, la ansiedad y la emoción que se juntan en este día”. “Quién diría que a 18 años de que llegué a este lugar, habría luz en el Paraje. Eso es más que emotivo para nosotros, no sé si nos sabrán comprender”, reconoció la docente. Inevitablemente, recordó que cuando su familia la fue a dejar hace 18 años, “cuando veía que iban pasando la primera lomadita me dije “me voy detrás de ellos”; pero no fue así. Me quedé y me fui arraigando al lugar, compartiendo con la comunidad las necesidades que pasamos, porque yo también las paso porque vivo acá”, recalcó. Nuevamente, exteriorizó su sentimiento y aseguró que “que tengamos energía es una esperanza. No sé si mejorará tanto el contexto, porque es rural, pero fundamentalmente se nos abre una esperanza de mejorar y estoy agradecida por eso en nombre de toda la comunidad de Salinas de Busto”. Apuntó que “desde la escuela estamos tratando de insertarnos y de construir un futuro. Porque a veces eso es lo que nos falta: construir el futuro”. La profesora Amelia De la Vega resaltó que “tener la energía es un acontecimiento histórico, tenemos luz y con ella se enciende una esperanza de cambio. A pesar de estar alejados, nos va a mejorar la vida”. Sobre sus alumnos, relató que son 12 niños que viven en el Paraje Salinas de Busto y el alumno número 13, “es un niño que transita los 6 kilómetros que separan la escuela del paraje “El Quebrachito” para venir a aprender a nuestra escuela”. Se esperanzó como docente y directora de la institución en que la llegada de la electrificación rural “nos va a permitir cambiar la forma de enseñanza, porque la enseñanza de los nuevos tiempos es distinta a la de nuestra época”, reconoció y se mostró expectante “porque vamos a poder tener otros recursos para enseñar y desarrollar contenidos en una modalidad acorde a los tiempos que vivimos”. Con el brillo de sus ojos, la emoción y la alegría por la llegada de la electrificación rural, al irse las autoridades provinciales que acompañaron esta inauguración, la docente y los alumnos continuaron con la jornada escolar que sin dudas quedará grabada en sus corazones como el día que empezaron a construir un futuro mejor.

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