En el marco del Día Internacional de la Alfabetización, la delegación de RENATEA La Rioja concretó en el barrio Virgen Desatanudos, una amena reunión con los trabajadores que se están alfabetizando a través del programa específico que posee el Registro. En el encuentro se compartieron diferentes actividades entre los trabajadores, sus familias, y el equipo de trabajo del Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (RENATEA) junto a su delegada provincial Ana Córdoba. Se proyectaron videos institucionales con el trabajo que desarrolla el Registro a nivel nacional y en la provincia de La Rioja también. Luego se procedió a la entrega de kits escolares y mochilas para los hijos de los trabajadores, de los niveles inicial, primario y secundario. A continuación, los presentes compartieron un brindis como cierre de la jornada. Cabe recordar que los participantes perciben un incentivo económico al realizar el proceso de alfabetización, a través del programa Surco (Suplemento Rural Compensatorio). En la oportunidad, la delegada local de Renatea Ana Córdoba puntualizó que “hasta el año pasado se alfabetizaron alrededor de cien trabajadores, donde participaron unas cincuenta personas como facilitadores en trabajo voluntario, y hoy tenemos 81 personas más que están en el proceso de alfabetización, y esperamos que antes de fin de año puedan concluir esta capacitación”. Este programa de alfabetización lo inicia Renatea a través de un convenio que firma con la fundación “Un mundo mejor es posible”, a partir del cual con asesores cubanos y utilizando el método Yo sí Puedo, se realiza un proceso de alfabetización a lo largo de todo el país, que también se está desarrollando en la provincia de La Rioja, “porque nos dimos con un sector con altos índices de analfabetismo, y una de las políticas del Registro es lograr erradicar definitivamente el analfabetismo en el sector rural”, expresó. Al respecto, Ana Córdoba consideró que “esta es una cuestión básica, y una de las deudas pendientes que tenía el Estado para con estas personas que no tuvieron la posibilidad de ir a la escuela ni de aprender a leer y escribir, está claro que una persona que no sabe hacer esto, lo limita a diario, por lo tanto una manera de dignificarlas y de incluirlas en todos los aspectos, en lo que implica la vida diaria y de poder vincularse de otra manera con sus hijos y sus pares”. El asesor pedagógico Pascual Chávez manifestó que “mi mayor satisfacción está en trabajar con todas las personas que sienten ese amor por el prójimo, porque quienes no saben leer y escribir, les falta parte de su vida, y de esta manera se pueden incorporar al programa”. En cuanto a la labor desarrollada, dijo que “en este lugar hemos venido trabajando fuertemente con el personal de Renatea, logrando una incorporación que podríamos decir masiva, con un grupo cohesionado, con mucha organización, y constancia para reunirse todos los días, hay disciplina, orden, y voluntad e interés por aprender”. “Más allá de que se haya logrado tanto en la provincia, el trabajo no está terminado, la tarea habrá concluido cuando logremos que todos estén libres del analfabetismo, que todos cambien su vida, su manera de pensar y actuar, y tengan una mayor inclusión dentro, con y para la sociedad, que es el propósito fundamental del Renatea. Por eso estoy muy agradecido por el gran trabajo y la gran preocupación de todos los compañeros del Registro”, afirmó. Uno de los trabajadores agrarios que se encuentra en participando en el proceso de alfabetización, mencionó que primero su esposa inició el curso y luego él se animó a acompañarla y a hacer la capacitación. Contó que desde que inició, nunca faltó a una clase, “tengo todo el entusiasmo porque me interesa aprender, veo que estamos avanzando con los compañeros. Antes no sabía ni los números ni las letras, pero ahora las reconozco, más o menos estoy bien, y voy aprendiendo a leer. Estoy muy contento porque estoy aprendiendo bien. Yo les comenté a otros compañeros y se están acercando al curso, y el grupo se está aumentando”, manifestó. Por su parte, la facilitadora del barrio Virgen Desatanudos, dijo que “estamos muy conformes con el trabajo que vamos logrando con nuestro grupo, cada día nos vamos conociendo más, los participantes están respondiendo bien y avanzando. Nos alegra mucho que la gente venga todos los días, que no falten a las clases y que siempre tengamos compañeros nuevos que nos digan que quieren aprender a leer y escribir”. “Para nosotros fue una sorpresa el entusiasmo, que no falten, y que vengan después de muchas horas de trabajo en las fincas. Como dice el programa, yo si puedo, ellos ven que si pueden y que todos podemos salir adelante. Estamos muy contentos que la gente de Renatea haya llegado con el programa a nuestro barrio, y más allá que seamos vecinos, ahora con el curso nos estamos conociendo más y formando un lindo grupo humano”, concluyó.
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