UNA ENCUESTA REVELA QUE LA MAYORIA DE LOS VOTANTES NO CREEN QUE LOS POLITICOS VAYAN A RENUNCIAR A ENTREGAR DÁDIVAS EN CAMPAÑA.

Pese a los esfuerzos del gobierno local por mostrar una nueva manera de hacer política, la gente cree que los candidatos continuarán recurriendo al bolsón, la plata y otros elementos para conseguir votos. Ya varias veces, el gobernador Luis Beder Herrera le pidió a los candidatos oficialistas que no recurran a las dádivas para obtener el apoyo de la gente. A partir de allí, ninguno de los candidatos del oficialismo salió a decir nada al respecto, excepto un par de pronunciamientos que llegaron desde el Motepo que postula aquí a Stella Pugliese como diputado. El resto hizo ‘mutis por el foro’ en público y, en privado, no comparte la decisión. Es que los políticos saben que, cuando visitan a la gente, reciben todo tipo de pedidos y se preocupan porque, a cambio, solo pueden ofrecer propuestas, cuando las tienen. Y en La Rioja, el electorado no está demasiado acostumbrado a eso. Mas allá de la preocupación de los candidatos y de la postura del gobernador, la gente no parece convencida y cree que, tarde o temprano, la dádiva electoral aparecerá. La consultora local Tendencias Argentinas le preguntó telefónicamente a casi 500 ciudadanos electores de 15 barrios distintos de la Capital. Y obtuvo como respuesta que el 74,6 por ciento de los consultados dice que la iniciativa del gobernador ‘es mentira, lo dice para la prensa, pero no lo hará’. De ese total, mas del 90 por ciento dice que, ‘mas tarde o mas temprano, empezarán a repartir de todo y, especialmente, sobre la última semana de campaña’. En tanto un 15,5 por ciento de los encuestados dijo que la idea le parece ‘imposible, porque los políticos no saben hacer campaña sin entregar cosas’. Además, menos de un 2 por ciento considera el pedido de Beder a sus candidatos como ‘positivo’. El resto cree que la decisión tendrá impacto en el electorado porque, si se concreta, la gente pedirá y si los políticos no dan nada no conseguirán votos. El hecho de que la dádiva electoral sea parte del folclore político en La Rioja -y en casi todo el país- hace que la gente se muestre absolutamente incrédula y desconfiada con la decisión del gobernador.