viernes, 23 de julio de 2010

ACUERDO DE LA UCR CON EL KIRCHNERISMO PARA ELIMINAR ALOS PARTIDOS CHICOS.

Tarde, pero el pacto llegó: la UCR y el kirchnerismo suman fuerzas mantener vigente el veto presidencial a dos artículos de la reforma política sancionada en diciembre, para de ese modo ayudar a la eliminación de la personería jurídica de la mayoría de los partidos chicos del país. Muchos de ellos ya dejaron de existir en algunas provincias. La presidente dispuso en diciembre darle tiro de gracia a esos sellos como parte del decreto de promulgación de la ley (2004/2009) que reformó el sistema electoral. En esa norma eliminó los artículos 107 y 108, que llevaban hasta el 31 de diciembre de 2011 el plazo para cumplir con los nuevos requisitos necesarios para funcionar como partido político. El que más acorrala a las fuerzas chicas es el que las obliga a reunir afiliados que representen al menos un 4 por mil del padrón de cada provincia y conseguirlos en al menos cinco para ser reconocidas a nivel nacional. Postergar esa obligación a diciembre del año que viene les permitía a los sellos menores participar de la próxima elección sin necesidad de sumar adhesiones. Pero el veto presidencial echó por tierra esa ilusión, que había llevado a varias fuerzas menores a no ver con tan malos ojos la reforma. El decreto justificó el aplazo de estos artículos al considerar que llevar a 2012 las exigencias para los nuevos partidos "contradicen el objetivo central de la ley" al tratarse de aspectos "directamente relacionadas con la mejora de la representación política y se consideran fundamentales para ordenar el universo de actores políticos". La UCR se beneficia tanto como el peronismo con esta medida pero en diciembre priorizó el acuerdo opositor al rechazar este veto en la bicameral de los DNU, que también tiene representantes de la Coalición Cívica y el peronismo federal. Los ocho legisladores kirchneristas emitieron un dictamen a favor. En la primera sesión ordinaria del año, los diputados radicales repitieron esa posición y aceptar el dictamen de rechazo al veto en el recinto. Pero en el Senado el tema nuca se tocó y si esa Cámara no se pronuncia el veto seguirá vigente. “Nos hemos comunicado con los senadores radicales, pero por ahora no hay respuesta”, confió a LPO Mario Mazzitelli, secretario general del Partido Socialista Auténtico, sello que usó Fernando “Pino” Solanas para las últimas elecciones y víctima de la nueva ley electoral. Es que tras el veto presidencial, en febrero los jueces federales comenzaron a enviar cartas a los partidos exigiendo que presenten las afiliaciones necesarias para seguir funcionando. Cumplidos los 90 días del pedido, comenzaron a dar de baja sellos en todo el país. Por caso, el PSA dejó de existir en San Juan, donde no logró reunir las 1.814 que ahora hacen falta para competir. Situaciones parecidas atraviesa el Partido Comunista, el Partido Humanista, el Movimiento de Integración de Desarrollo (MID) y el Partido Intransigente, ya con representación en menos provincias. Todo podría haberse evitado si el Senado, donde la oposición también es mayoría, repetía el rechazo al veto que hizo Diputados. “Si la UCR no trata el decreto es funcional al kirchnerismo; en definitiva, la ley favorece a los dos”, razonó Mazzitelli. Lo cierto es que los senadores radicales, que son la segunda fuerza en la Cámara alta, no impusieron este tema en las reuniones de labor parlamentaria. Tampoco presionó para hacerlo el peronismo federal, cuyos diputados también rechazaron la reforma política con creces en la otra Cámara. La demora despejó de varios partidos de muchas elecciones provinciales y amenaza con hacer lo propio en la contienda nacional.

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