jueves, 1 de julio de 2010

EL PERONISMO MODERNIZADO.

Los años pasan, pero cada 1º de julio, al recordar el fallecimiento de Juan Perón, sus ideales, su proyecto nacional y su convocatoria final a la unidad de los argentinos siguen más vigentes que nunca. Existe una razón de fondo, el legado más significativo de Perón: el peronismo es un movimiento que está a la vanguardia, que se actualiza y se renueva. La historia del peronismo no es sólo la de las mayorías populares y la reivindicación de sus derechos: es también la búsqueda de la modernidad, de la capacidad para liderar el cambio y superar las contradicciones históricas: crecer con igualdad social, integrar a las mayorías con desarrollo y democracia y lograr la independencia económica en la globalización. Los derechos de los trabajadores y las leyes laborales son conquistas del peronismo. La Argentina fue pionera con estas reformas. En la actualidad nadie las discute. Con el tiempo se han convertido en una conquista y derecho de todos, como los derechos de la mujer y el voto femenino. Hoy tenemos una presidenta mujer y peronista. La justicia social de la que hablaba Perón es ahora un valor aceptado por todos, en la Argentina y en el mundo. Ha dejado de ser una bandera exclusiva del peronismo. Evita decía que donde hay una necesidad hay un derecho. ¿Qué es esto, si no una definición magistral de cómo el peronismo interpreta las necesidades de la gente? Como decía nuestro General: "Peronismo es transformar las necesidades en directivas". Hoy, el presente de la justicia social es la asignación universal por hijo, la decisión más revolucionaria de los últimos 50 años en materia de protección de nuestra niñez. Es una medida adoptada por el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. El impacto de estas políticas sociales será permanente. Millones de jóvenes podrán escapar de la pobreza, disponer de atención médica, culminar sus estudios, acceder a una profesión, progresar y formar parte de una gran nación. Entiendo al peronismo como un movimiento que ha asumido siempre la agenda del cambio y de la modernidad. Hoy esa modernidad tiene que ver con las políticas que estamos llevando adelante en la provincia de Buenos Aires, acompañando el proyecto nacional. Estamos instrumentando programas que abordan la problemática del medio ambiente y la contaminación, con erradicación de basurales y la utilización de energías alternativas. Al mismo tiempo ejecutamos planes de concientización en las escuelas sobre la ecología, tema señalado con impresionante anticipación por Perón. Estamos preparando la provincia para la comunicación digital 3.0 y entregando miles de netbooks en las escuelas. Vamos a achicar la brecha digital. En septiembre comienza el programa de municipios digitales, que consiste en llevar wi fi gratuito a todos los rincones de la provincia. Una política de desendeudamiento nos permite contar con mayores recursos para destinar a planes sociales. El modelo de gestión, articulado entre la Nación, la provincia y los municipios, nos permite contar con el mayor programa de inversión en infraestructura y obras. Como gobernador de Buenos Aires, siento un particular orgullo. El peronismo tiene su cuna en esta provincia. En Lobos nació Perón y en Junín, Evita, y la fecha fundacional del movimiento, el 17 de octubre, nació en Ensenada, Berisso, Avellaneda... Hoy más que nunca el peronismo es protagonista de nuestra historia. De allí la importancia de rescatar la convicción sobre la unidad nacional de Juan Perón, de lograr el encuentro de todos los argentinos en un proyecto único y compartido. Los festejos del Bicentenario son una enseñanza contundente alrededor de este ideario en la Argentina. Como he señalado en más de una oportunidad, soy un optimista crónico. Nuestro país tiene futuro y los tiempos que vienen son favorables. Si somos perseverantes lograremos corregir lo que haga falta y reconocer lo que se ha hecho bien y lo mucho que se ha avanzado. No podemos regresar a la Argentina "del volver a empezar". Hemos recuperado un modelo y un proyecto de país, con inclusión social y recuperación productiva. Este es un logro que tuvo inicio en 2003 con la presidencia de Néstor Kirchner, y que hoy continúa. Mantengamos este rumbo, no importa quién esté al frente o quién gane una elección. Esto es unidad nacional. Otros temas de agenda son recientes, como la inseguridad, el delito, la criminalidad y el narcotráfico. Son necesarias determinaciones muy firmes: por un lado, la acción desde el Estado de perseguir, combatir y castigar a los delincuentes con todo el rigor de la ley, y por otro, la prevención social que combata los factores que generan la delincuencia. Un comentario especial merece la reorganización partidaria. El peronismo es un movimiento popular, enraizado en nuestro pueblo trabajador, y también es un proyecto de nuestra clase dirigente, empresarios e intelectuales. No representamos a un sector: creemos expresar al conjunto de la ciudadanía. Por eso mismo, el peronismo tiene un espíritu frentista que se renueva en cada instancia política. Como movimiento, el peronismo es también una expresión federal respetuosa de la diversidad y las regiones. Por esos principios, los peronistas, pero sobre todo su dirigencia, deberían reflexionar acerca de sus actitudes y aportes al proyecto. La sociedad nos pide mayor calidad institucional. El fortalecimiento de las instituciones exige el fortalecimiento de los pilares del sistema, que son los partidos políticos. Las primarias abiertas son una oportunidad de unidad para los justicialistas. Saldrá de allí fortalecido todo el peronismo y por cierto el proyecto popular. Habrá algunos que ganen y otros que pierdan. Pero será una derrota circunstancial. Ganaremos todos: los dirigentes y la gente, que espera acciones responsables. Me ha tocado el deber institucional de conducir la provincia más grande de la Argentina, compromiso que me exige trabajar todos los días con la convicción que he recibido como legado del peronismo, la de tener una justa causa por la cual vivir. Es una tarea a la que dedico todas mis energías y que le ha dado un sentido a mi vida. Pero no es sólo mi dedicación o los mensajes que recibo a diario de miles de conciudadanos; es también reconocer que la causa del peronismo, la causa de los desposeídos, de los movimientos populares, ha dejado en el camino vidas y sacrificios que merecen mi reconocimiento y lealtad.
Daniel Scioli.Para LA NACION

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