lunes, 28 de marzo de 2011

LAS CUENTAS PARA QUE LOS K CONSERVEN EL PODER EN EL SENADO.

El kirchnerismo debe ganar en las 8 provincias que eligen senadores para quedarse con las 2 bancas que le corresponden al partido más votado. En La Rioja, donde se descuenta el triunfo del neokirchnerista Beder Herrera, que aportaría dos presencias a la bancada oficial, podría sumarse Menem. Las elecciones del 23 de octubre definirán el nuevo perfil de la Cámara de Senadores y el kirchnerismo necesita ganar en las ocho provincias que eligen representantes a la Cámara alta este año, a riesgo de perder legisladores y sufrir bajas en su bloque. En tanto, los opositores alientan la ilusión de sacar alguna ventaja y romper el actual estado de empate, que tiene virtualmente frenados los debates del cuerpo parlamentario. El mismo día de los comicios presidenciales serán elegidos 24 senadores, de los cuales 16 militan en el oficialista Frente para la Victoria, 5 son miembros del interbloque del Peronismo Federal y 3 radicales. Desde fines de 2009, la bancada kirchnerista reúne a 31 senadores, los peronistas federales 13 y los radicales 18. Por lo que no es difícil deducir que el oficialismo es el que más arriesga en la compulsa, mientras el radicalismo tiene, al menos en teoría, las mayores chances de avanzar. A diferencia de la Cámara de Diputados, que recambia por mitades cada dos años. El Senado se renueva por tercios, a razón de ocho provincias cada dos años, en una compulsa en la que el partido más votado consigue dos senadores y el que se ubique segundo, uno. El oficialismo pone en juego 16 asientos, por lo que deberá ganar en todos los distritos, para llevarse los dos senadores del partido más votado. Los senadores que terminarán sus mandatos fueron elegidos en 2005, un año particularmente favorable al recién estrenado gobierno del presidente Néstor Kirchner, y en el que recibió un aluvión de apoyo tras dejar sentado que la Argentina ya estaba en curso de superar la crisis de 2001. Por lo que cabe deducir que para mantener el mismo nivel de representatividad, el oficialismo debe repetir el 46 por ciento de los votos que consagró presidenta a Cristina Fernández de Kirchner en ese año. Las provincias que renuevan son Buenos Aires, Formosa, La Rioja, Misiones, San Juan, Jujuy, San Luis y Santa Cruz, en donde el oficialismo se quedó con las dos bancas de mayoría en Buenos Aires, Jujuy, La Rioja, San Juan y Santa Cruz, con tres por alianzas con otros partidos, en Misiones, y uno en San Luis. Mientras Formosa eligió dos kirchneristas, pero uno de ellos, Adriana Bortolozzi, se retiró del bloque. Cristina encabezó la lista del frente oficialista en Buenos Aires, acompañada por José Pampuro, y dejó en segundo lugar a la justicialista Hilda González de Duhalde. El peronismo federal, que no existía entonces como un grupo coordinado, cosechó los dos representantes de San Luis y la minoría de San Juan (Roberto Basualdo, que concluye este año) y La Rioja, a la que luego se sumó Formosa. Los radicales consiguieron tres asientos por resultar segundos en Formosa, Jujuy y Santa Cruz. A siete meses de los comicios no es posible anticipar la tendencia que predominará en el mes de octubre, pero según los números iniciales de las encuestas puede estimarse como muy probable que el oficialismo retenga la mayoría de dos senadores en Formosa, en Misiones, en San Juan, en La Rioja y eventualmente Jujuy, pero quedan dudas atendibles en distritos estratégicos como Buenos Aires y Santa Cruz, donde el kirchnerismo fue derrotado en 2009. El peronismo federal puede conseguir ser mayoría en San Luis. En La Rioja, donde se descuenta el triunfo del neokirchnerista Luis Beder Herrera, que aportaría dos presencias a la bancada oficial, podría sumarse el ex presidente Carlos Menem, quien actuó por líneas paralelas junto a la estrategia oficial durante el año 2010.

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