Beder Herrera envió a Puy Soria y al ministro Felipe Alvarez para que lo sondearan a Menem respecto de un posible apoyo bederista para que pueda seguir en el Senado, algo que se venia hablando con Ramón Hernández, quien viene una vez por mes a La Rioja. Queriendo o sin querer el gobierno provincial instaló la candidatura a la reelección de Carlos Menem como senador por La Rioja. La verdad es que como senador Menem ha hecho poco institucionalmente, ya que sus faltas a las sesiones son muchas. Pero desde la Casa de las Tejas se insiste en que las posturas asumidas por Menem han favorecido mucho a la provincia, ya que han ayudado a Beder Herrera a conseguir obras y fondos. Beder se lo ha agradecido personalmente. Y para coronar ese agradecimiento envió a Puy Soria y al ministro Felipe Alvarez para que lo sondearan respecto de un posible apoyo bederista para que pueda seguir en el Senado, algo que se venia hablando con Ramón Hernández, quien viene una vez por mes a La Rioja. Aunque está muy menguado respecto de épocas recientes (siente los 81 años que tiene) Menem necesita seguir en la Cámara Alta ya que no hay seguridad de que si abandona esa inmunidad, no será blanco de algún juez. A su vez, si Beder logra que Menem entre por la "minoría", podrá exhibir delante de Cristina el hecho de haberle cerrado la llegada de un radical y en su lugar, a un Menem funcional al kirchnerismo. Pero tal vez lo que no midió bien Beder fue la repercusión interna. Ayer mismo Guzmán Soria salió a diferenciarse: "hay que hablar de proyectos políticos y no de personalismos", comentó en la Legislatura. Otros diputados piensan igual que él aunque no lo hagan público. Es que ven que Beder rompió su declamada "prescindencia" respecto de los candidatos, apoyando a Menem, que es de otro partido. Y candidatos a senadores hay muchos: el propio Guzmán Soria (que cuenta con la simpatía de muchos funcionarios y de la mayoría de dirigentes del Frente del Pueblo); Tere Luna y Tere Quintela, Jorge Yoma y tal vez, Ricardo Quintela y Angel Maza (más abajo se explica) además de los radicales y de Menem. En general Beder mantiene esa prescindencia, a no ser en casos puntuales en los que intervino o interviene para apuntalar al justicialismo. Así hizo que Navarrete y Orquera bajen las armas y vayan unidos. En el interior hay grandes problemas para integrar las listas ya que los docentes no quieren debido a que ahora ganan más que los concejales. Tampoco Beder es prescindente en Capital: por ahora le está dando respaldo a Bosetti, aunque seguramente algo también le dará al Pelado Basso cuando éste finalmente haga pública su candidatura. Lo mismo pasa con Guillermo Galván, quien todavía no hace pública su postura porque la ley de acuerdos de boleta, le permite a las listas de concejales que lo secunden –muy seguramente justicialistas- que vayan con la boleta de Beder Herrera. Se mantiene distante de Ricardo Quintela y éste de él, siempre con la idea de no ser candidato rondándole la cabeza. Dicen que Beder se encoge de hombros: "si quiere ir que vaya, me da lo mismo". Está convencido de que él solo es capaz de ganar la elección en capital. El quintelismo es un hervidero. Hay filos bederistas y ultraquintelistas. Los primeros dicen que el Gitano tiene que ser candidato y sin condicionamientos como quiere Beder y entonces se le podrá sacar cosas y fondos. Porque a Beder le informan de todos los pasos y reuniones que mantiene el intendente en Buenos Aires. Los ultra le preguntan a Quintela cuál es la razón por la cual hay que votar a Beder: "nos ningunea, nos mantiene con los mismos fondos que mandaba Maza y encima nos larga los perros como Bosetti". Este sector piensa que Quintela puede poner un muleto como candidato a la intendencia e ir por la senaduría en octubre. Y desde allí preparar el 2015. Todos coinciden en que Beder guarda algo para el 2015: piensan que es su continuidad y si no, preparará otro delfìn para cerrarle el paso a la gobernación a Quintela. De todas formas, en el bederismo dan por descontado que Beder tendrá cuatro colectoras en Capital: Bosetti, Basso, Galván y el Gitano. La indefinición pública (del alejamiento) de Galván es la explicación que da el martinismo dentro del radicalismo para tampoco mostrar un frente opositor cohesionado. Ahora se le sumó la postura pública del comité nacional de no arreglar nada con el kirchnerismo. El comunicado de Angel Rozas parecía dirigido a La Rioja, aunque es una situación que el radicalismo soporta en muchos lugares. Pero aquí, el agravante es que con la salida de Guillermo Galván, se completará la fuga de figuras jóvenes de relevancia, que podrían haberle dado al radicalismo, la estatura necesaria como para encarnar una oposición que aspire primero a ser una fuerza coherente capaz de llegar al gobierno en alguna etapa.
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