martes, 4 de enero de 2011

EL CONSUMO DE ALCOHOL PRIMERO EN LA LISTA DE ADICCIONES DE LOS RIOJANOS.

Según la directora de Abitus, Silvia Fernández, en La Rioja la adicción a las bebidas alcohólicas ocupa el primer lugar, el factor cultural juega un papel drástico. Le sigue el consumo de marihuana y se registró un aumentó de ingesta y adicción a la cocaína. Los psicofármacos y los pegamentos son también una droga que se consume mucho en la Provincia. En el marco del cierre de actividades anuales de Abitus, Silvia Fernández, directora médica del Centro Terapéutico Abitus y presidenta de la Asociación Civil Abitus, precisó que en el lugar se tratan distintos tipos de adicciones, tanto de drogas legales como ilegales entre ellas el alcohol, los psicofármacos, la cocaína, la marihuana. La modalidad de tratamiento es de internación o hospital de día. "Todo depende de los casos, si el adicto es capaz de mantenerse abstinente de drogas afuera y si tiene una familia que es contenedora" explicó la profesional. Abitus es una institución que trabaja con distintas obras sociales y SEDRONAR a nivel nacional. La institución está considerada como una comunidad de tipo "B", que es el más alto rango que puede lograr una comunidad. En cuanto al aumento en el consumo de drogas, la profesional consideró que "las consultas por drogas van en crecida, eso los vemos todos los días, es una enfermedad social que hasta ahora no se ha logrado disminuir". Detalló que "en La Rioja el alcohol va primero en la lista de adicciones, porque hay una cuestión cultural. También hay mucha marihuana y el consumo de cocaína que se ve cada vez más y es más común. Los psicofármacos y los pegamentos son también una droga que se consume mucho". Asimismo en relación a las actividades que se realizan en el centro terapéutico consideró que "es necesario que los pacientes puedan expresarse a través de distintas actividades artísticas como el teatro, la pintura. Además de la actividad física que es indispensable no sólo en lo psíquico sino también lo físico". Al respecto, comentó que el adicto tiene la particularidad de que se abandona en lo físico y cuando entran en tratamiento, comienzan a verse en forma integral. "Le damos mucha prioridad a la reinserción ya que cuando el paciente está internado se encuentra contenido, cuando sale se vuelve a encontrar con los amigos y con la misma comunidad" explicó Fernández agregando que "hacemos un trabajo silencioso y trabajamos interinstitucionalmente". También informó que existen convenios con los ministerios de Trabajo y Educación para garantizar una reincersión laboral luego del tratamiento. Además manifestó que la institución tiene una capacidad de internación de 25 pacientes y hay un total de 80 chicos que realizan el tratamiento de recuperación en forma ambulatoria. Los jóvenes que lograron recuperarse de su adicción, cumplen un lugar fundamental en esta institución el de "hermano mayor". Una especie de guía que tras haber pasado por una situación similar a la de los pacientes, en tratamientos, buscan aportar desde la experiencia para la recuperación de los jóvenes y adultos. Fernando y Ezequiel son dos jóvenes que hoy cumplen el rol de hermanos mayores. Están en Abitus hace cuatro años, ambos eran adictos a las drogas y al alcohol. "Nos dimos cuenta que no es vida y decidimos cambiar, salir adelante a través de la institución. Hay que luchar y pensar que la vida es linda si se la vive bien" dijo Ezequiel. Narró que llegó a la droga por curiosidad "una vez probé y cuando me quise dar cuenta ya estaba muy metido, perdí muchos años de mi vida que ahora los estoy recuperando". Por último aconsejaron a los jóvenes que "piensen antes de actuar y que busquen ayuda porque muchas veces los adictos nos encerramos en una burbuja y pensamos que estamos solos". Un mensaje a la sociedad es que no señalen a los adictos sino que se acerquen, los ayuden y contengan; siempre estamos al margen de la discriminación y eso es muy difícil" consideraron. En cuanto al rol de la familia la directora médica de Abitus precisó que es fundamental ya que "si el chico o el adulto viene solo tratamos de buscarle un familiar, un amigo, un vecino, alguien que lo contenga porque es fundamental". Gerardo y Delia, padres de un joven adicto, contaron que "tuvimos la desgracia de que nuestro hijo se enferme a causa de las drogas". Su hijo tiene 22 años y cuando se dieron cuenta de la situación fue muy difícil para la familia ya que no tenían obra social. "Buscamos por todos lados y por recomendación de unos vecinos que habían pasado por lo mismo llegamos a Abitus. Hace ya un año que nuestro hijo está en tratamiento" detallaron.

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