miércoles, 5 de enero de 2011

RECOMENDACIONES MÉDICAS PARA LOS CONTINGENTES EXPEDICIONARIOS

En el marco de una nueva reedición de la Expedición Auxiliadora Zelada-Dávila que organiza el Gobierno Provincial para los días 21, 22 y 23 de enero del corriente, la comisión, a cargo de los preparativos buscó el aporte de especialistas y facultativos de la salud, quienes brindaron recomendaciones a tener en cuenta por los contingentes que participarán de la cabalgata. La iniciativa pretende profundizar las medidas sanitarias dispuestas para la travesía cordillerana por el paso simbólico y garantizar una placentera estadía en los refugios situados a una altura de 4.500 mts. sobre el nivel del mar. De tal manera, se entrevistó al médico pediatra Eduardo Simone y al especialista en cardiología, Adrián Arias Posada (este último acompañó con puntuales aportes) con amplia experiencia en ascensos de montaña. Simone consideró que el mal de altura es el principal adversario a vencer en terrenos de montaña y difundió algunos consejos a tener presente por los expedicionarios. El especialista informó que el mal de altura, soroche (llamado así por los pueblos del Altiplano) o apunamiento, existe y se denomina así al conjunto de respuestas fisiológicas que se manifiestan como consecuencia de la exposición a la baja presión de oxígeno que se da a elevadas alturas. En tal sentido, el facultativo sugirió un período de adaptación, sin embargo contempló que los tiempos para realizar la travesía resultan demasiados cortos por lo que aconsejó tomar ciertas precauciones para prevenir o evitar esta patología. Explicó que la aclimatación es un proceso importante para que el organismo vaya compensando la disminución de los niveles de oxígeno que provoca la altura. Allí enfatizó que los que viven al nivel del mar, (como los capitalinos), estamos a 500 metros sobre el nivel del mar aproximadamente, entonces el ascenso deberá ser gradual y lento. Entre las recomendaciones generales que dio para disfrutar de la experiencia, mencionó: mantener una actividad leve, nada de ascensos súbitos, “todo en cámara lenta” –remarcó- ni tampoco realizar grandes esfuerzos. Además, sostuvo que es importante no separarse del contingente o grupo y tener siempre en vista al guía de la expedición, siguiendo el programa de la travesía. Otro de los aspectos es mantener una adecuada hidratación, bebiendo abundante líquido, alrededor (de 3 a 4 litros). Entre las señales que indican que se está ante un caso de mal de altura, Simone detalló que generalmente los viajeros presentan: dolor de cabeza (cefaleas); vómito; diarrea en algunos casos; dificultad respiratoria así como agotamiento o cansancio. De este modo, advierte a la población que no está acostumbrada a este tipo de actividad o padezcan cardiopatías o hipertensión, abstenerse de realizar el ascenso ya que podría acarrear algún malestar indeseado y la idea es disfrutar de la travesía. Asimismo, sugirió chequeos médicos previos aconsejando un examen cardiológico como mínimo y algunos otros análisis clínicos básicos de rigor. Cabe resaltar que la comisión organizadora previó el equipamiento de un móvil 4x4 con toda aparatología y botiquín de primeros auxilios para la asistencia y servicios sanitarios ante cualquier eventualidad. Simone recordó también que hay personas más propensas que otras de sufrir este mal, sin embargo relativizó los porcentajes que indican un 50% al 70% de los expedicionarios sufran esta patología ya que todo depende del estado físico de las personas, no obstante –aclaró- puede afectar a personas sanas, deportistas o sedentarios. Respecto a ello, ejemplificó diciendo que puede ser que alguien no haga nunca deporte o no haya hecho cumbre nunca y suba perfectamente y otra persona con experiencia o atlética presente el mal de altura y deba descender. En cuanto a las medidas que deben adoptar los expedicionarios para prevenir o evitar el mal de altura, el facultativo aconseja el uso de medidores de oxígeno en sangre (para registrar el grado de saturación) que son fáciles de usar y de leer sin necesidad de ser médico y lo bastante pequeños como para llevar a una travesía. Entre otras recomendaciones, Simone dijo que tomar una aspirina o paracetamol es suficiente para calmar las cefaleas, sin embargo funciona hasta cierto punto. El médico aconseja el uso de dramamine en caso de mareos y de eucitón cuando se presentan vómitos. La idea de acercar estos conceptos y recomendaciones para aquellos interesados en participar de la reedición de esta actividad oficial que pretende recobrar el sentido y el valor de la gesta histórica, no es la de alarmar a la población sino al contrario, que la estada en el refugio y durante la travesía, sea segura, saludable y placentera. La información es la mejor medida preventiva para evitar errores y consecuencias indeseables para eso se pretende afinar la prudencia y afrontar este desafío de la mejor manera.

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