miércoles, 2 de marzo de 2011

CRISTINA UN DISCURSO QUE CONFIRMA.

El discurso que anualmente pronuncia la Presidenta en la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso es uno de los elementos que permite comparar el relato de los presidentes constitucionales argentinos sobre su gestión, desde Urquiza hasta nuestros días. En él, nunca hay novedades ni grandes anuncios, salvo en el primero, cuando se inicia el mandato. Por lo general se realiza un balance a partir del segundo y se plantean proyectos e intenciones. Quienes esperaban que la Presidenta anunciara su intención de competir nuevamente por la candidatura presidencial este año se han visto defraudados. Seguramente, ella definirá formalmente el tema entre mayo y junio, como lo hiciera en 2007. Es que en poco tiempo muchas cosas pueden pasar y más en la política argentina y en consecuencia no tiene demasiado sentido perder la libertad de elegir prematuramente. En el discurso que pronunciará el 11 de marzo, al conmemorarse el 28 aniversario del triunfo de Héctor J. Cámpora, probablemente tampoco definirá el tema, aunque seguramente dará señales de que no va a abandonar la política. Pero la Presidenta no desaprovechó la oportunidad para hacer algunas referencias a la coyuntura, como cuando negó la intención de reformar la Constitución para establecer la reelección indefinida, planteada el último día de febrero por la disputada kirchnerista Diana Conti. Para la opinión pública, la inflación y la inseguridad son las dos grandes asignaturas pendientes del Gobierno. Frente a ellas, Cristina eludió definiciones. Respecto a la primera, la evitó y sobre la segunda, mantuvo su posición de que sólo se va a aumentar la presencia policial en la calle, sin modificar la legislación penal. Esto también fue una definición política en la coyuntura, dado que el mismo día, el gobernador de Buenos Aires, ratificará su intención de modificar la legislación penal. Es decir que tanto Cristina como Scioli, en sus respectivos discursos confirman sus diferencias en un tema relevante. Pero la insistencia en que el delito ha bajado, muestra una actitud negadora del problema. Es que presentó una disminución de determinado tipo de delitos entre 2002 y 2008, sin incluir las cifras de los últimos dos años. Se trata de información que se conocen inmediatamente, como el caso de los homicidios. La oposición, argumenta que no se ha hablado del Indec y tiene razón. Pero si el Gobierno no va a modificar la política frente a la inflación, como lo ha evidenciado en el discurso, no hubiera tenido sentido hablar de este tema. La hostilidad hacia la oposición, estuvo presente más en gestos que en frases y fue la referencia al vicepresidente Julio Cobos por los cánticos de sus seguidores una muestra elocuente de esta actitud, que por otra parte no es nueva, sino por el contrario, confirmatoria. Fue un discurso más de acción política que de largo plazo. En conclusión, la Presidenta hizo más confirmaciones que anuncios, pero lo sorprendente hubiera sido que hiciera lo contrario.

Por Rosendo Fraga. El autor es director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría

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