sábado, 28 de mayo de 2011

EL CIPPEC VALORA EL PROGRAMA RIOJANO DE INTERNET.

En casa no hay Internet ni computadora. Tampoco un estante con libros a los que recurrir para hacer la tarea o encontrar una buena novela. En la Argentina 2011, los chicos que no tienen una computadora propia o conexión a Internet son muchos. Más de la mitad de todos los que tienen entre 5 y 17 años. Y suman tantos como los que tampoco saben lo que es crecer con una biblioteca en el living. De acuerdo a la última edición del Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina, el 53,7 por ciento de los adolescentes del país vive en hogares en los que no hay una computadora . El estudio determinó también que 66,7 por ciento de los chicos que tienen entre 13 y 17 años no tiene acceso a Internet en su casa. Para el Barómetro, estos dos elementos – computadoras e Internet – representan “activos importantes en los procesos de formación” . Pero tan fundamentales como ellos resulta también el poder contar con una biblioteca en el hogar, algo a lo que no acceden el 59,8 por ciento de los adolescentes argentinos. Con porcentajes similares, el cuadro se repite entre los niños de entre 5 y 12 años: “El 54,6 por ciento de la niñez en el nivel primario no tiene en el ámbito de su hogar acceso a una biblioteca familiar, 50,2 por ciento no tiene una computadora y 63,3 por ciento no tiene acceso a Internet”. Axel Rivas, director del programa de Educación de CIPPEC, asegura: “Hay muchísimas evidencias de cómo estos factores condicionan el desempeño educativo , los chicos que provienen de hogares de menos recursos, tienen más dificultades para seguir los contenidos educativos. Hoy el acceso a una computadora o Internet es un principio básico”. Rivas pone como ejemplo lo que ocurre en La Rioja, donde todos los niños de las escuelas primarias tienen su propia computadora y pueden acceder a Internet desde cualquier plaza de la provincia. “Lo que está ocurriendo es que se cambia el entorno cultural de toda la familia, porque es toda la familia la que empieza a usar Internet. Entonces, es ahí cuando se puede comprender fácilmente por qué este acceso es un derecho”. El nuevo informe del Barómetro, adelantado en exclusiva por Clarín , se realizó en base a las encuestas realizadas a los padres de 6.400 chicos. En total, fueron relevados 3.181 hogares en el área metropolitana y los principales centros urbanos de todo el país: Córdoba, Rosario, Mendoza, Salta, Tucumán, San Juan, Chaco, Neuquén y Tierra del Fuego. El Barómetro traza un mapa de la educación en la Argentina. Y en ese sentido, destaca que la situación social y económica es determinante en el acceso a una mejor calidad educativa: “Los problemas de exclusión y rezago educativo se incrementan a medida que desciende el estrato social de los niños y adolescentes”. En el caso concreto de los recursos con que disponen en su casa, el Barómetro señala que la posibilidad de poder contar con ellos “guarda estrecha relación con el estrato social de pertenencia”. Por ejemplo, nueve de cada diez niños de un estrato social más rico cuentan con una computadora en casa. La proporción es inversa entre los más pobres, donde sólo uno de cada diez tiene computadora . El informe agrega que existen diferencias entre quienes van a escuelas privadas y públicas: “Los niños que asisten a escuelas de gestión pública tienen menos probabilidad de contar con los recursos de referencia en sus hogares” . Así, el 63,2 por ciento de los niños que estudian en escuelas públicas no tienen una computadora propia, mientras que ese porcentaje desciende al 30 por ciento en los colegios privados. Clarín intentó hablar ayer con los especialistas del Ministerio de Educación de la Nación, pero allí prefirieron no contestar. Fabio Tarasow, coordinador académico del PENT Proyecto Educación y Nuevas Tecnologías de Flacso Argentina, es cauto sobre la importancia de estos recursos y plantea otra lectura: “El ‘empobrecimiento’ de acceso a las ideas y la generación de un espíritu crítico no es un problema exclusivamente asociado a los sectores más vulnerables. Por el contrario, poseer acceso a tecnologías y a libros no nos asegura que generemos nuevas generaciones que consideren al conocimiento o a las artes como metas deseables en sus vidas. Podemos preocuparnos por algunos indicadores, pero, ¿acaso como sociedad valoramos y estimulamos el conocimiento?”. El año pasado el gobierno nacional lanzó el programa Conectar Igualdad” y 567.000 estudiantes secundarios tienen su netbook. El programa busca repartir 3 millones de computadoras. El Barómetro destaca que tanto este programa como el hecho de que en 2010 el presupuesto destinado a educación haya superado la meta inicial del 6% del PBI – fue de 6,47 %–, o la implementación de la asignación universal por hijo, sirvieron para combatir las falencias.

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