Otra vez el radicalismo entra en una disyuntiva de lo que quiere ser ante la sociedad, ya que hoy es solo el juntador de votos de un proyecto político del peronismo disidente al bederismo que aspira hacer una buena elección legislativa el año próximo, para que sea el trampolín que lo depositará en el 2015. Aunque las urnas lo han legitimado como opositor político al oficialismo, Julio Martínez ha quedado como aliado de un sector del peronismo peleado del bederismo. El presidente del Comité Provincia de la UCR ha seguido a rajatabla el discurso del intendente Ricardo Quintela y lo ha avalado en todo, fundamentalmente con el reclamo de la ley de coparticipación municipal. Así Martínez, cuyo principal deseo es ser Gobernador de todos los riojanos, se le escapa otra oportunidad de llegar a la Casa de Gobierno y se transforma en socio del jefe comunal, que ya trabaja para arrebatarle el poder al gobernador Luis Beder Herrera. De esa forma, las críticas del martinismo hacia la figura del diputado provincial Guillermo Galván por su supuesto acercamiento con Beder Herrera, se le vuelven en contra al chileciteño, ya que se ha sumado al barco opositor que lidera Quintela. Otra vez el radicalismo entra en una disyuntiva de lo que quiere ser ante la sociedad, ya que hoy es solo el juntador de votos de un proyecto político del peronismo disidente al bederismo que aspira hacer una buena elección legislativa el año próximo, para que sea el trampolín que lo depositará en el 2015. Por eso, la figura de actor principal vuelve a estar lejos de las apetencias del martinismo que ha encontrado un sillón cómodo, a través de las críticas al oficialismo mediante comunicados de prensa. Pese que la integridad física estaba en serio peligro en el desfile, Martínez y su socia Inés Brizuela y Doria han sido críticos a la decisión del Gobernador. Sin embargo, ninguno de los dos ha participado nunca en un acto por el aniversario de la Ciudad de Todos los Santos de la Nueva Rioja. Por lo cual, se suben a la ola fácil y ese debe ser un motivo que el común de la gente no lo ve como escudero contra el bederismo. El domingo, Quintela anunció que se movilizará a la Plaza 25 de Mayo, ya sin el palco en el Predio Ferial porque se cayó el desfile. Lo hará en su calidad de intendente que reclama la sanción de una ley de coparticipación municipal, aunque dice que será un ciudadano más en el principal paseo público. Allí llegarán los radicales enojados desde siempre junto a las asambleas ciudadanas, entre Martínez y Brizuela y Doria, que le darán marco a la movilización quintelista. Es muy fácil analizar que por jugar de local, el sector de Quintela quizás triplique en convocatoria a los antimineros. Por lo cual, el martinismo cederá su posición de oposición ante el oficialismo enojado, que ha sido socio en la última elección de Beder Herrera. En ese marco, el quintelismo tomará ese lugar y se sindicará como oposición para tratar de recoger a todos los ofuscados con el propósito de armar algo interesante para los años sucesivos. Allí estarán también los gremialistas Rogelio De Leonardi, Carlos Laciar y Carlos Del Giorno, entre otros, que confluyen en el mismo barco, mientras que el quintelismo tiene su propia CGT disidente. Mientras que el 10 de julio el radicalismo hará su comicio interno para definir quien seguirá el mandato de Martínez, el chileciteño y su gente se alejan cada vez más de ser algo más que un número en el Congreso de la Nación. En otras palabras, se despiden de sentarse en el sillón del poder.
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