Para no perder la tradición justicialista, uno de Capital y otro del interior son las caras más visibles del bloque antibederista. Quintela y Bordagaray puede ser la dupla potable del sector que apoya el radicalismo de Julio Martínez, otra vez de actor secundario. El cura de Famatina transita el mismo camino que Délfor “Pocho Brizuela”. El justicialismo no pierde las tradiciones y especialmente el Intendente de la Capital que lo sigue siendo y al parecer no lo abandonará. El acto que unió el pedido de la sanción de una ley de coparticipación municipal y el rechazo a la política minera que impulsan los gobiernos de Luis Beder Herrera y Cristina Fernández de Kirchner, se dio una foto que podría anticipar lo que se viene en la política riojana. En el mismo escenario confluyeron dos de los principales referentes políticos que encarnan el antibederismo en la provincia, como lo son el capitalino Ricardo Quintela y el famatinense Ismael Bordagaray. La circunstancia los ha llevado a plantarse frente a la Casa de Gobierno para gritarle al Gobernador y los ha puesto como una fórmula potable del sector que podría competirle el poder al oficialismo. El peronismo desde la vuelta de la democracia practica casi la misma fórmula: unir a la Capital y el interior, especialmente el oeste, en la boleta opositora. Por eso, el intendente de la Capital y su par de Famatina terminarían en un mismo partidario para armar una estructura provincial y presentarse en las elecciones legislativas del año próximo, donde se renueva el 50 por ciento de la Legislatura provincial. El quintelismo es fuerte en el principal departamento de la provincia, pero no cuenta con representantes genuinos en el interior. Eso lo podría compensar Bordagaray, ya que la lucha antiminera lo ha mediatizado, y es conocido y hasta bien visto por el riojano. Lo que no se puede saber si los dos tienen el aval de la sociedad para darle el voto con el propósito que conduzcan esta provincia. A ese juego se ha sumando también el presidente del Comité Provincia de la Unión Cívica Radical (UCR), Julio Martínez, que siendo de la zona, se fue al corte de Alto Carrizal e hizo buenas migas con los ambientalistas. Así fue tomando protagonismo y se transformó en uno de los referentes políticos de consulta. En menos medida está su par Inés Brizuela y Doria. Pero Martínez aparece como actor secundario, ya que será difícil vender la mezcla política para que no termine siendo en una alianza, una mala palabra por lo hecho en la administración presidencial de Fernando de la Rúa. Y los tiempos políticos se han anticipado dándose situaciones pocas imaginadas para esta altura del año, pero allí están porque después del 2013 estará la gran batalla del 2015, como son las elecciones provinciales, donde el verdadero poder se pone a disposición de la sociedad. Aunque Quintela, Bordagaray y Martínez pertenecen a la clase política y han sido elegidos por el voto popular, quien ya habla como político es el cura párroco de Famatina, Omar Quinteros, que transita el mismo camino que el actual diputado Délfor “Pocho” Brizuela. Quinteros critica y no lo duda en machacar la forma de gobernar de Beder Herrera y provoca el aplauso de los anti oficialistas. En cada intermediación ha dejado de lado los hábitos, que lo esencial es llamar al diálogo y la paz, y acentúa con sus dichos la distancia existente entre los ambientalistas de Famatina con la Casa de Gobierno. Por lo cual, el cura puede dar el paso que hizo Brizuela e ingresar oficialmente a la política y presentarse el año que viene como candidato a legislador. Además se ponerse a disposición la mitad de las bancas de la Legislatura, también habrá elecciones por los lugares que hoy ocupan Julio Martínez y Jorge Yoma en la Cámara Baja. Al igual que Bordagaray, el cura Quinteros es mediático y es reconocido en la sociedad para tener presencia como sector antibederista. No se olviden tampoco de Teresita Quintela.
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