martes, 22 de mayo de 2012

LA PELÍCULA ELECTORAL QUE SE REPITE CADA DOS AÑOS.

Los dos intentos anteriores de Ricardo Quintela ha golpeado siempre con la misma piedra: la falta de estructura política y de marketing. El intendente de la Capital ya usó la metodología actual para diferenciarse y luego tratar de pegar el sablazo con la ambición de cualquier político de ser gobernador. En los dos intentos anteriores lo hizo con Fernando Rejal, ex diputado y ex intendente de Chilecito. Fue en 1999 y en el 2007. En el primero enfrentó a Ángel Maza, en el mejor momento de Jorge Yoma, entonces aliado con Julio Martínez, y por eso se cree que aceptó ser la piedra en el zapato para dividir los votos en tres, con el fin que bajara el porcentaje para que el oficialismo de ese entonces siguiera en el Gobierno. Al final eso sucedió. En el segundo avaló la destitución de Maza y fue socio en el Gobierno de transición de Luis Beder Herrera, y en un viaje a la Casa Rosada volvió como candidato a gobernador para enfrentar al actual mandatario y apoyado por el mazismo. El bederismo lo duplicó en votos y hasta Carlos Menem le ganó el segundo puesto. Por ese tiempo político ha pasado hasta ahora la historia del jefe comunal, que en las dos elecciones que perdió fue por falta de capacidad estructural, ya que el Proyecto Q fue un círculo cerrado, aunque desde el sector se critica al bederismo de serlo. A tres años de las elecciones, Quintela puso primera para intentarlo bajo el concepto que “la tercera es la vencida”, ya que pasó por todos los cargos posibles, salvo la Gobernación. Tuvo actuaciones terciarias y secundarias en los gobiernos de la democracia, y fue también diputado nacional. Por ese motivo, el intendente y el actual gobernador se conocen tanto. Por los recursos además la película que protagoniza el Palacio Municipal es vieja porque hoy verlo a Carlos Del Giorno en la calle, es repetir lo visto que en la época de Maza con amenazas de todo tipo, que nunca se cumplieron. Eso lo llevó a siempre ceder y fue tal el hecho que perdió la banca de su hermana Teresita como senadora, ya que decidió no confrontar en el partido y lo complació a Beder Herrera. En el verano tomó fuerzas y lo entusiasmó el hecho de la manifestación popular que se dio y sigue con la antimineria. Es como llenar un teatro sin ningún acto extra, pese que la efervescencia no es la misma. Mientras tomó color la lucha por la sanción de una ley de coparticipación municipal, que es válida aunque hay provincias que la tienen sancionada y hoy los intendentes peregrinan más que antes, se puso en la mesa iniciar marzo con una posición contraria a la minería, previo que se olfateó el pensamiento K en la Casa Rosada. Y hacia allá fue el quintelismo que preguntó, y le dijeron que el kirchnerismo se mantenía fuera y que era un problema de la provincia. Fue el mismo mensaje que recibieron muchos dentro del oficialismo, aunque el Gobernador seguía firme en su posición. A eso dio algunos indicios el diputado Jorge Yoma cuando la lucha antiminera estaba a pleno con el canal Todo Noticias (TN) instalado en el corte de Alto Carrizal en Famatina. En la oportunidad, dijo que la política minera fue un pedido de la Presidenta. Nadie lo oyó. Y el sector de Quintela fue a fondo y levantó la misma bandera del radicalismo de Julio Martínez y del intendente Ismael Bordagaray, como del cura Omar Quinteros, hasta que la propia Cristina Fernández hizo un acto, avaló en todo lo hecho por Beder Herrera en materia minera. Así no le quedó margen al quintelismo y se despidió de la Casa Rosada, pese que se insiste que llegan recursos nacionales y muchos para hacer campaña en contra de la minería. Fuera de las pretensiones políticas, un sector del quintelismo se hace algunas preguntas –sin claudicar nada- en torno a lo que se viene, fundamentalmente con los recursos, que tanto ellos mismos reclaman. Hoy el país está sumergido en un proceso inflacionario y que el incremento de la coparticipación se da por la inflación, no por otro tipo de mejoras. Por eso, La Rioja reitera el monto, mes a mes, de los fondos que recibe y toda esa información es pública. Es decir que la Provincia depende del buen o mal humor del gobierno nacional y salvo una catástrofe no hay panorama de cambio en las próximas elecciones presidenciales, por la simple razón que la oposición no existe. Con un quintelismo lejos del oficialismo nacional, cómo podrá mantener la estructura estatal, ya que también le dijo no a la minería.

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