martes, 7 de agosto de 2012

LOS SILENCIOS DEL GOBERNADOR QUE LLENAN DE DESCONCIERTO A SU TROPA.

El gobernador da señales contradictorias en torno a la posibilidad de buscar otro mandato. Los propios ministros tienen información distinta. Habla con muy pocos de la política seria del país y de la provincia. Muchos van a la Finca La Seis y se vuelven con la anécdota de pasear por algún emprendimiento productivo. Muchos entendieron que el llamado a elecciones internas del PJ, para el 16 de diciembre, era con el fin de medir fuerzas en torno a un proyecto reeleccionista en el 2015, aunque el principal contrincante avisó que no acepta el convite. Se trata del intendente Ricardo Quintela, que dio señales que poco le interesa los comicios internos, al tiempo que la senadora Teresita Luna consideró que deberían ser en marzo, en la misma fecha que las elecciones del Consejo Nacional Justicialista. Sin embargo, por lo menos en público, el bederismo sigue en marcha con su llamado a internas, ya que las mujeres se reunieron en Sanagasta y la Casa de Todos capacita a quienes serán los fiscales. Pero a la hora de detenerse un minuto, la propia tropa del gobernador está desconcertada, ya que no sabe a ciencia cierta si aspira o no a otro mandato, ya que el año próximo habrá una fecha clave, como es la renovación del 50 por ciento de la Legislatura provincial. Habrá una puja de votos en la Capital, mientras que otros departamentos también harán de las suyas, como Rosario Vera Peñaloza. Si hoy se mira la Constitución provincial, Beder Herrera transita el último mandato, pero los soldados de la primera batalla, dicen que puede haber una interpretación a la carta magna por parte del Tribunal Superior de Justicia que dará vía libre para el gobernador, como a los intendentes y concejales. Afirman que ese sería el gran acuerdo político, con el propósito que otra vez los jefes comunales, a excepción hoy de Quintela como el famatinense Ismael Bordagaray, trabajen para que Beder Herrera siga al frente de la Casa de Gobierno. Pese que no se demuestra hay ansiedad interna en el oficialismo, ya que si el dueño de la Finca La Seis, que recibe decenas de dirigentes los fines de semana, dice que en el 2015 se va a su casa, hay varios que miran con buenos ojos de continuar con el proyecto. Ya algo de eso dejó de entrever el ministro de Infraestructura, Néstor Bosetti, cuando le habla a los suyos que el bederismo debería conformar una mesa de conducción, con el propósito de cuidar ese gran detalle. Claro está que la integrarían todos los que piensan en sentarse en el gran sillón. Y con eso juega Beder Herrera que de esto sabe mucho. Todos coinciden que es un gran tiempista, pero en ese letargo el posicionamiento para los que quieren estar en la grilla de largada es menor. Es decir, que tendrán menos vuelta de prueba a la hora de armar algo provincial. Quizás eso lo ha visto Quintela que cuando faltan más de tres años se cortó y bien solo, ya que en las dos últimas intentonas siempre salió sobre el filo cuando tanto Ángel Maza con Beder Herrera respectivamente tenían todo aceitado. Por lo pronto, los ministros no saben nada, es más tienen información distinta, ya que el gobernador con pocos, para decir con casi nadie, habla de futuro político. Muchos van los sábados temprano a la Finca La Seis para escuchar algo y cuando el tema se pone sobre la mesa surge la frase “vamos a dar una vuelta”. Y así se pasa la tarde de visita en algún emprendimiento. Hasta ahora todo es incierto, los jueces tienen listo el fallo, aunque alguien debe hacer una presentación; y otros ya tienen listo los logotipos en caso que Beder le diga no al 2015.

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