Faltando un tiempo impreciso para las elecciones del 2013, tanto el bederismo como la multisectorial opositora parecen haber definido sus respectivos campos de acción. En ese sentido, la manifestación y acampe del próximo 16 será una pulseada. Mientras el quintelismo y sus aliados apuestan a ganar la calle y los muros de la ciudad, el bederismo apostará a lo institucional y a profundizar la acción de gobierno. Por eso, ese mismo día, el gobernador Beder Herrera estará en Chilecito inaugurando una importante escuela. E insistirá en la profundización del discurso de la “unión democrática” vernácula, para darle sentido a aquello de “todos ellos contra mí”, que hilando fino puede entenderse como “todos (los malos administradores) contra mi (buena gestión)”. Si bien en ninguno de los dos lados todo es cantar y coser, el que parece llevar la parte más pesada es Quintela, pues además de la tarea política opositora, tiene que brindar servicios a la ciudadanía de Capital, que en ese sentido es bastante más exigente que otras. Si se llega a concretar la advertencia del concejal gremialista Del Giorno, sobre dificultades para abonar los sueldos municipales, ¿a quién puede favorecer y/o perjudicar? Quintela cabalga ahora sobre el descontento respecto de la minería, a la que a la gente le reconoce importancia pero también le siente temor, sobre todo cuando se habla de sustancias como cianuro y el uranio. Para colmo, la falta de información clara, precisa y abundante sobre lo que se está haciendo –o no- concretamente en La Rioja, le juega a favor, porque eleva el nivel de desconfianza de la población. Pero Quintela, todavía está verde para convertirse en el líder, primero de “Unidos por La Rioja” (ese sería el lema de la mesa multisectorial) donde todo se discute y decide horizontalmente y sobre todo están allí por ser “antibeder” y no tanto “pro Quintela”. Y después tiene que convertirse en el líder de toda la oposición, para tener chances en el 2015. El hueso más duro es la difusa y difamada clase media. La prueba palpable es la propia Asamblea de Capital, que si bien tiene mucha influencia de la izquierda-izquierda, no quiere establecer una alianza con el quintelismo, por más que éste le envió varias señales de amor. Beder, obviamente, tiene las cosas mucho más claras y definidas. Por el conflicto con Quintela, renovó el apoyo de intendentes y diputados y lo que es muy (o más) importante: cuenta con el respaldo económico de la Nación. Precisamente hoy llegará el ministro Manzur, para firmar el nuevo plan Sumar. Por más que el “kirchnerismo puro” masculle por lo bajo, lo concreto es que por ahora parece que el poder central ha optado porque “los riojanos se arreglen con los riojanos”. Así lo dejó entrever el propio Chino Navarro, en una cena en el local EQ, luego del acto de la Sociedad Italiana. Pero a medida que se acerquen las elecciones (nacionales) esa prescindencia se transformará en apoyos, casi seguramente en las dos canastas. Porque de esa forma gana Cristina. Y aunque no lo digan públicamente, a muchos intendentes les gustaría que Beder se reelija en el 2015, porque eso implicaría que la presunta modificación constitucional también los beneficiaría a ellos. Pero tienen que hacer bien los deberes en el 2013, aunque sólo haya elecciones para diputados y concejales en la mitad de los departamentos. El propio Rocier Bustos, de Facundo Quiroga, habló de la necesidad de la continuidad de Cristina y Beder durante la última reunión en la Residencia Uno. En esa reunión también se manejaron encuestas en las que el electorado capitalino está en desacuerdo con la metodología de Quintela, no sólo en su protesta sino también en su forma de administrar la comuna. También hay que ver qué hará el radical Julio Martínez. Porque Guillermo Galván está casi definido que irá como Frente Cívico y en diputados nacionales dejaría en libertad de acción. Pero Martínez comparte o compite con Quintela por el mismo electorado. Y si bien les gustaría estar en la multisectorial, tienen el temor justificado de que terminen llevando agua –es decir, votos- para otro molino. El chileciteño está seguro que su base electoral es más amplia que la de Quintela, gracias a un trabajo sostenido que ha venido haciendo en el interior y en los barrios periféricos de la Capital… Mientras, pasó con más penas que gloria, la mentada “comisión de técnicos” del gobierno nacional que vinieron a interiorizarse de la crisis olivícola. En realidad “técnicos” metidos a hacer política. Los pocos industriales con los que se reunió Augusto Costa, hombre de La Cámpora y de Axel Kicillof, le picaron el boleto enseguida: “Lo único que faltó es que preguntara donde estaban los árboles de aceitunas negras”, comentaron los industriales agarrándose la cabeza. Además de eso, el “progresista” funcionario ignoró olímpicamente a los gremios de los trabajadores del sector. Y Kicillof lo quiere en lugar de Guillermo Moreno. Ahora lo puso a negociar con los tamberos, desplazando a Moreno y al ministro de Agricultura. Pero no hay problema. Ahora, los jubilados pueden disfrutar de la tarjeta Argenta. Que les presta, con interés, el mismo dinero que ellos ahorraron durante toda la vida y no pueden cobrar: hay 500.000 juicios de jubilados que necesitan cobrar, antes de morirse, lo que la Anses les debe. No se trata del 82%, sino del porcentaje (menor) que cada convenio estableció. Ni siquiera eso paga el gobierno nacional. Cuando expropió las AFJP, las reservas jubilatorias ascendían a 109.000 millones de pesos. Hoy la Anses apenas tiene 44.000 millones, según cifras oficiales.
Por Julio Aiub Morales para Nueva Rioja
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