lunes, 31 de agosto de 2015

AMBIENTE CELEBRÓ EL DÍA DEL ÁRBOL.

Debemos educar a las nuevas generaciones con principios integrales que valores la importancia de los bosques, fueron las palabras del secretario de Ambiente de la provincia Santiago Azulay. La Secretaría de Ambiente, celebró el viernes el Día del Árbol, que se conmemora todos los 29 de Agosto en nuestro país. Durante el acto, llevado a cabo en la plazoleta del barrio Faldeo Del Velasco Sur, los niños de la Escuela Nº 408 plantaron árboles e hicieron su promesa de cuidarlos y protegerlos. De este emotivo acto participaron el secretario de Ambiente Santiago Azulay junto a su equipo de trabajo, el secretario de Servicios Públicos del Municipio de Capital Carlos Machicote, la directora de Plazas y Paseos Valeria Antenucci, directivos y alumnos de escuelas primarias y secundarias de la zona Sur. Posteriormente, niños, autoridades y funcionarios coronaron este encuentro plantando árboles en todo el predio de la plazoleta, los alumnos colocaron sus nombres en cada uno de los ejemplares, y realizaron animados y comprometidos, su promesa de cuidar y plantar más árboles para el bienestar de toda la comunidad. Durante su discurso, el titular de la cartera ambiental de la provincia Santiago Azulay, destacó el trabajo realizado durante esta semana con los alumnos de 5º grado de la Escuela Nº 408 y sus docentes, quienes trabajaron en las diferentes temáticas ambientales, especialmente la forestación. Asimismo expresó que “los árboles no solo son un recurso natural importante por sus productos, como madera, frutos, aceites, combustibles, etc., sino también por los innumerables beneficios directos y tangibles hacia el hombre y la naturaleza misma. Su intervención en el ciclo del agua, captación del dióxido de carbono, mantenimiento de suelos, son solo algunos de los múltiples beneficios ambientales que los árboles brindan y que son trascendentales para la vida en el planeta”. Remontándose a la historia de esta celebración tan cara para quienes trabajan por la calidad de vida de los habitantes de la tierra a través del ambiente, contó que ya en 1805 en la población española de Villanueva de las Sierras, un párroco local celebró la Fiesta del Árbol con una entusiasta comunidad. En otros países se celebra en fechas convenientes según sus condiciones naturales y en el Caribe que apenas hay diferencias de temperatura entre el verano y el invierno, se escoge el inicio del verano, momento en que comienza la temporada de lluvias y eso facilita que se arraiguen los árboles recién plantados. El Día Internacional de los Bosques, el Día Mundial del Árbol y también llamado anteriormente el Día Forestal Mundial fue inicialmente una recomendación del Congreso Forestal Mundial que se celebró en Roma en 1969. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) aceptó esta recomendación en 1971. En Argentina el Consejo Nacional de Educación establece el 29 de agosto de 1900 el día del Árbol a partir de la iniciativa de Estanislao Zeballos, haciendo la primera celebración en 1901. En este sentido, Azulay sostuvo que un árbol no sólo es un ser vivo de gran belleza, también ofrece muchos beneficios como los antes mencionados, y en las ciudades el arbolado público de plazas y veredas es la única riqueza forestal con que cuentan los vecinos, y los servicios que brindan son para toda la comunidad, no solo para el frentista, lo que nos obliga a asumir la responsabilidad del cuidado y protección, y siempre que podamos plantar uno. Los árboles están junto al ser humano desde el principio de nuestra historia, por lo que sus beneficios son conocidos y aprovechados desde hace miles de años, aunque no por eso, olvidados también. Cada cultura tiene un árbol que los representa, los pueblos originarios de nuestra región tomaron al algarrobo “Taco” como símbolo de vida, demostrando la relación de respeto que tenía el hombre con su ambiente. Para ello, el árbol sagrado es el eje de su mundo, un puente de trascendencia entre el mundo terrenal y espiritual. Asimismo, destacó que “un pilar fundamental de este reencuentro hombre-naturaleza es educar a las nuevas generaciones con principios integrales que valoren la importancia de los bosques más allá de las variables económicas. Educar para un cambio cultural, donde el hombre forme parte de un ecosistema que involucra a toda la naturaleza, y donde el bienestar de todos sus componentes nos llevará a mejorar la calidad de vida, y a frenar el deterioro ambiental”. “El Día del Árbol debe ser la excusa para reflexionar y recuperar esa unión sagrada con todos los seres de la naturaleza y a tener una conducta más respetuosa con nuestro entorno. Reflexionar cómo cada uno de nosotros desde nuestro rol social puede ayudar a este cambio, como padres, como hijos, como ciudadanos comunes o como dirigentes sociales y políticos, todos somos responsables y tenemos el derecho de vivir en un ambiente sano y equilibrado, como así también la responsabilidad de cuidarlo.

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