sábado, 28 de junio de 2008

BEDER HERRERA BAJO LINEA A SUS DIPUTADOS NACIONALES PARA QUE APOYEN EL PROYECTO "k".

Para dar una idea del alcance de la "bajada de línea" impuesta por el gobernador a los diputados nacionales riojanos en torno al conflicto entre la Nación y el campo, basta con notar que ninguno de los legisladores quiso hablar con la prensa tras la reunión realizada este viernes por la mañana en Casa de Gobierno. De hecho, fuentes inobjetables del Ejecutivo dijeron que los cinco diputados nacionales que asistieron, Fernando Rejal, Alberto Paredes Urquiza, Griselda Herrera, Mario Santander e Hilda de Soria recibieron un pedido concreto de Luis Beder Herrera: votar en el Congreso el proyecto de ley que el oficialismo decida. El mensaje apuntó a que los diputados "no se corten solos" ni cuestionen el cobro de las retenciones sobre las exportaciones del agro. Y que apoyen el proyecto oficial que envió al Congreso la presidente Cristina Kirchner. Durante la semana, varios legisladores locales habían dejado traslucir cuestionamientos a la iniciativa. Incluso Paredes Urquiza había advertido que "si sale del Congreso como llegó desde el gobierno nacional, no se habrá avanzado". Pero este viernes, Beder Herrera les pidió otra cosa. "La Rioja necesita de otras herramientas, tiene otras realidades", le dijo el gobernador a la prensa para explicar la reunión. Y aseguró que la provincia "no puede seguir políticas regionales", al advertir que no tiene peso suficiente para eso. Entonces, el mensaje de Beder Herrera a "sus" diputados fue contundente: seguimos alineados con la política del gobierno nacional, que está enviando recursos para financiar obras públicas y desarrollar la infraestructura rural para beneficio del sector productivo local. La decisión del gobernador de "disciplinar" a sus diputados, llegó luego que algunos medios nacionales habían dejado trascender ciertas críticas de los legisladores nacionales riojanos al proyecto oficial de retenciones. Una posición que no había caído bien en la Casa Rosada y que podía complicar la "buena onda" que Beder Herrera abona casi semanalmente con Cristina Kirchner y sus principales funcionarios.

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