lunes, 21 de septiembre de 2009

LOS GREMIOS AMENAZAN CON UN PARO PARA EL PRÓXIMO MIERCOLES.

Los gremios disidentes quieren protestar pero temen que la movida en reclamo de un aumento salarial no tenga eco en los empleados públicos, fracase y se agote en sí misma, quitándoles aún mas fuerza de la que han perdido en los últimos años. Por eso, desde este lunes iniciarán asambleas en distintas reparticiones, antes de concretar el paro y movilización previsto para el miércoles que viene. La Central de Gremios y Trabajadores (CGT) que lidera Fernando Salcedo, el sindicato de municipales capitalinos que conduce Carlos Del Giorno y el Sindicato de Trabajadores Públicos (Sitrapp) que orienta Carlos Laciar, se han puesto a la cabeza del reclamo para que el gobierno aumente el sueldo mínimo de bolsillo a 2 mil pesos y el básico a 1.000. Pero desde el Ejecutivo, no han emitido ninguna señal de convocatoria al diálogo ni el menor signo de preocupación por el impacto que pudiese tener una protesta. Por eso, los gremios disidentes comenzarán este lunes y martes con asambleas en los lugares de trabajo y quieren concretar un paro desde las 9 del miércoles, con movilización a Plaza 25 de Mayo. Tal vez a modo de ‘gesto’ para desarticular cualquier intención de los estatales de plegarse de lleno a la protesta, el gobierno adelantó el viernes que estudia otorgar un aumento salarial y, como lo había adelantado Riojavirtual, incluiría una cifra ‘en negro’ y un ‘blanqueo’ de algunos ítems que se pagan sin aportes. Nada mas y, en principio, recién para el año que viene, cuando empiecen a llegar los fondos ‘extras’ que, al parecer, el gobierno logró arrancarle a Cristina Kirchner y que sumarán unos 450 a 500 millones de pesos al año. En ese contexto, gobierno y gremios iniciarán esta semana una pulseada que tendrá como silenciosos testigos a la CGT oficial que conduce el camionero Jorge Reynoso, y que se ha mostrado afín al gobierno bederista, y a la indecisa ATP de Carlos Euliarte, cuyos paros, a comienzos de año, terminaron en rotundos fracasos en la Capital y tuvieron escasa adhesión en algunas comunas del interior.

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