sábado, 19 de marzo de 2011

LOS INTENDENTES DEL PJ VAN POR SU REELECCIÓN.

Por ahora, solo duda el capitalino Ricardo Quintela, quien condiciona su candidatura a un acuerdo financiero más sustancioso con la provincia. Mientras, los "caciques" de Chepes, Chilecito, Arauco, Sanagasta y otros distritos claves del interior, preparan sus campañas y prometen votos para la reelección del gobernador Beder Herrera. Casi ninguno quiere dejar el cargo. Es una "tradición" en los políticos, sobre todo si son justicialistas. Lo cierto es que, fiel a sus instintos, costumbres y gustos, los peronistas en el poder quieren seguir aferrados al "bastón" de mando por 4 años más. Sucede en la Gobernación, en las diputaciones, concejalías y, obviamente, en las Intendencias; especialmente en los distritos más importantes. Según un relevamiento de Radio Independiente, los intendentes de departamentos como Chilecito -Lázaro Fonzalida-, de Chepes -Claudio Saúl-, de Sanagasta -Juan Flores-, de Arauco -Gustavo Minuzzi- y varios más, ya decidieron que competirán fuerte para retener los cargos, aunque muchos de ellos deberán confrontar con sectores internos del PJ que también abrevan en aguas oficialistas. Es el caso de los intendentes Fonzalida y Saúl, por citar algunos ejemplos. El chileciteño confrontará con una lista que encabezaría el actual diputado Fernando Rejal y que contará con apoyo de la Casa de las Tejas. Lo mismo el chepeño, Claudio Saúl, quien volverá a lidiar con la actual diputada Claudia Oviedo. La legisladora tampoco ha sacado los pies del plato bederista y, de una u otra forma, también tiene un guiño para lanzarse. El único Intendente que ha puesto condicionamientos concretos para buscar la continuidad es el capitalino Ricardo Quintela. Iría por su tercer mandato pero advierte que, con la misma plata que recibe actualmente del gobierno provincial, no está dispuesto a intentarlo. En recientes declaraciones a Radio Independiente, Quintela volvió a hablar de su "cansancio físico y mental" para afrontar otro período como alcalde capitalino. En realidad, el mensaje debería leerse como: "si no recibo más recursos, no voy a trabajar para la reelección del gobernador Beder Herrera". Aunque para eso pueda llegar a sacrificar su lugar. Es cierto que el jefe de la Capital tuvo problemas personales complejos durante el año pasado, especialmente tras el accidente que sufrió su hija Guadalupe cuando salió gravemente herida del derrumbe de una confitería en la Capital Federal. Pero también es cierto que Quintela está cansado de advertirle al gobierno que no puede desarrollar una gestión eficiente, si recibe la misma plata que antes para una ciudad que "explotó" en nuevos barrios y densidad poblacional. Por eso, "tira y afloja". Le dice al periodismo que el gobierno de Beder lleva una "orientación positiva", pero no descarta seguir pidiendo una ley de coparticipación aunque deja traslucir que acepta un nuevo y más sustancioso acuerdo financiero. En ese contexto, Quintela espera que Beder Herrera lo llame, lo reciba y lo "atienda" como corresponde. Caso contrario, advierte sobre la posibilidad de "bajarse", pero poniendo a otro dirigente de su sector como candidato. Es decir, buscando que el quintelismo retenga el poder en la Capital. El mensaje que el bederismo ya leyó, es claro: "si me bajo, mi espacio no sumará votos al proyecto reeleccionista de Beder y solo trabajará para el candidato del quintelismo". El problema es que los bederistas más puros siguen desconfiando del Intendente. Temen que, a última hora, como hizo en 2007, decida discutirle a Beder la Gobernación. Una posibilidad que, al menos por ahora, parece muy lejana sobre todo teniendo en cuenta que el quintelismo no tiene demasiado respaldo dirigencial en el interior.

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