El intendente explicó: "Le demostré que no se aumentó el gasto ni el personal, pero que hay un déficit por el permanente crecimiento de la ciudad y la mayor demanda de servicios". Para Quintela, "el tema financiero es clave. Si se resuelve voy a ser candidato. Si no se resuelve no lo seré y quien se haga cargo tendrá más problemas aún", enfatizó. Unas cortinas verdes eran la custodia de la Residencia Oficial en la mañana del jueves. La estructura edilicia de la época de Perón llamó otra vez la atención, ya que se anunciaba una cumbre política. Eran las 10.50 cuando tomó color de lo que iba a suceder en la gran casona. A esa hora llegó Ricardo Quintela en un Toyota negro. Lo hizo solo y con una carpeta en su mano, mientras que detrás del gran portón blanco lo esperaba Luis Beder Herrera. Se encontraban nuevamente, como ya lo habían hecho en la finca de Anguinán, como en el domicilio particular del Gobernador. Esta vez no hubo testigos ni intermediarios, ya que solo Luis y Ricardo sabrán lo que hablaron por casi dos horas para que la sangre no llegue al rio. La cumbre sorprendió a todos, ya que solo hubo llamados telefónicos en la tarde del miércoles entre los protagonistas, eso hoy lo permite la tecnología. Quintela había recibido el llamado de Ricardo Guerra y más tarde, de la Privada del Gobernador. Así se armó la reunión para la media mañana del jueves, con el fin de que se acaben los reclamos de un nuevo acuerdo financiero en los medios de comunicación. Si se cumple lo acordado, habrá tranquilidad entre el bederismo y el quintelismo para inscribir juntos sus candidatos el 9 de abril. De no ser así, estará siempre la versión sobre el corte de boleta en contra del oficialismo para favorecer a los adversarios Ángel Maza y Julio Martínez. En la reunión tomaron maté y la famosa Blackberry del Gobernador no se despegaba de la mesa. Hubo anécdotas políticas, ya que Beder Herrera y Quintela hicieron un repaso desde la administración de Carlos Menem Gobernador, para luego terminar en la actualidad. Hablaron de Maza, Bernabé Arnaudo, entre otros, hasta casi las 13. Por la Residencia ya había pasado Jorge Basso y también se había tocado la situación olívicola. Beder volvió a transmitir a Quintela sus planes si gana, fundamentalmente vinculados al sector productivo. Allí el intendente le dijo: “Me gustaría acompañarte, estar hoy a tu lado, pero es muy desgastante estar al frente de la municipalidad”, tras darle un rápido repaso a los gastos mensuales de la Capital. Allí Beder le mandó un mensaje a Guerra para que arme con los enviados del jefe comunal un nuevo acuerdo financiero. Ya al entrar al encuentro, Quintela dijo: "Traemos documentación que avala nuestra petición, no tengo un arco de aspiraciones importantes, lo que sí me interesa que no se caiga lo que hicimos hasta el momento". Al salir, el intendente explicó: "Le demostré que no se aumentó el gasto ni el personal, pero que hay un déficit por el permanente crecimiento de la ciudad y la mayor demanda de servicios". Para el Intendente, "el tema financiero es clave. Si se resuelve voy a ser candidato. Si no se resuelve no lo seré y quien se haga cargo tendrá más problemas aún", enfatizó. Hasta ahora, no hay otra reunión agenda con el mandatario provincial, ya le volvió a comentar los gastos a Guerra y solo queda esperar no más allá del 9 de abril. Así Beder Herrera y Quintela fumaron la pipa de la paz. Es la pregunta que todos hacen. Fue un gesto que se hayan visto nuevamente, más en un periodo electoral. Eso sí, solo ellos saben cómo fue el tono del diálogo en la Residencia Oficial
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