Si no hubiera habido tanta histeria colectiva ante la Casa Rosada se podría haber dicho otra cosa. Pero no, ya que hoy los resultados mandan. El operativo de limar la relación de la Casa de Gobierno con los funcionarios de Cristina provocó la reacción de un hombre que está en la política riojana desde 1983. Por ese solo motivo, lo hace conocedor de las virtudes y los defectos de cada uno de los dirigentes. Y así fue, ya que los llevó a Teresita Luna y Ricardo Quintela que hablaran el mismo idioma, que pensaran o soñaran lo mismo, aunque a la postre solo fue un sueño, ya que lo que se avecina es la continuidad del proyecto político que se encarnó en el poder desde el 2007. De esa forma, Luis Beder Herrera disfruta en su interior el triunfo de Carlos Menem, considerado por él como “el viejo Ford Falcón”, como lo bautizó en una de las tantas comidas en la finca de Anguinán. Entiende que la política se juega en el campo político, por eso el disfrute llega a la hora de ver el total de las urnas. Fuera de los medios, fuera de todo, solo con la voluntad popular. Y muestran que en la Capital, principal bastión político y que tienen base Luna y Quintela, el candidato del partido Frente Popular Riojano ganó con el 34,69 por ciento de los votos sobre la dupla asociada en el Frente de la Victoria riojana, que totalizó 26,63 por ciento. Más atrás, Julio Martínez con el 18,80, los votos en blanco con el 10,27 por ciento y PRO-Propuesta Republicana con el 8,10 por ciento. Por lo cual, los dejó como tándem con sabor agridulce, aunque a la hora del análisis fino, la vicegobernadora entra por la minoría al Senado y el quintelismo pierde una pieza fundamental en el Congreso con la salida de Teresita Q. El sueño del 2015 que muchos hablaban entre mate y mate, o alguna comida privada, ha quedado muy lejos, tras que los dos sectores justicialistas que no ocultaban su intención de suceder al Gobernador, ahora deberán ajustar muy bien las futuras estrategias. Los dos y sin distinción han perdido en el patio de su casa contra un Menem de 81 años y rodeado por segundas líneas del bederismo. Más allá que Menem es como la Coca Cola, por ser una marca instaurada desde hace muchos años por sus antecedentes como gobernador, presidente y senador, la dupla ha contado con el aval en todo y con recursos incluidos de funcionarios kirchneristas, que también hicieron su juego en la provincia. La búsqueda permanente del titular de diario, especialmente en el programa 6, 7, 8 de que perdió Menem, como también Beder, los alejó para aceitar las relaciones, fundamentalmente con el capitalino, donde se deposita el 60 por ciento del electorado. Mirar a la política con solo programas sociales, como PIL o PEC, dejó a la intemperie a un vasto sector de la sociedad que no encontró un reflejo o una seducción de la lista, que decía ser la bendecida o la única de Cristina, y llevó que se fuera ese voto a Menem. Y no se puede hablar que el capitalino no buscó votar, ya que solo el 10 por ciento de los que fueron al cuarto oscuro, lo hizo con el voto en blanco. Hubo una participación del 78,50 por ciento de los habilitados. Así Beder Herrera cobró su factura por las histerias o acusaciones que viajaron a la Casa Rosada. Y además cumplió con su propia palabra que Menem tendría su homenaje con votos y en vida.
Eduardo Nelson German.
Eduardo Nelson German.
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