Las obras de ampliaciones, refacciones y refuncionalización concretadas en la Fazenda de la Esperanza "Nuestra Señora de Lourdes" permitirán brindar mejores condiciones a los jóvenes que se encuentran en un proceso de recuperación de sus adicciones. Además, posibilitará que otros adolescentes accedan a ella. El Gobernador recorrió las instalaciones, dialogó con los jóvenes y se interiorizó de los proyectos que la comunidad terapéutica que dirige el sacerdote Jorge Pérez prevé concretar y que recibirán el acompañamiento de Beder Herrera, entre ellos una panadería para elaborar productos para celíacos. El mandatario provincial visitó el viernes junto al grupo de jóvenes que forman parte de la Coordinación Joven, dependiente de la Dirección de Políticas Sociales del Gobierno provincial, la Fazenda de la Esperanza “Nuestra Señora de Lourdes” en la zona de El Duraznillo, departamento Capital. La vegetación, el clima menos caluroso que en la ciudad y la armonía que se percibe al llegar al lugar, son la primera buena impresión de este lugar que nació en La Rioja como uno de los centros Fazenda de la Esperanza que existen en el mundo con el objetivo de rehabilitar a los adolescentes y jóvenes de sexo masculino, en este caso. Beder Herrera estuvo acompañado por el titular de la Coordinación Joven, Juan Del Moral; el director de Políticas Sociales, Raúl Larraín; el secretario de Prevención de Adicciones Alberto Andalor, el subsecretario de Prensa y Difusión, Luis Solorza y el nutrido grupo que forma parte de la Coordinación Joven y quienes fueron los impulsores y gestores ante el mandatario para realizar las obras concretadas. El encuentro con el sacerdote Jorge Pérez, los voluntarios y los jóvenes que están rehabilitándose invade el aire de solidaridad. El padre Jorge está a cargo de la Fazenda de la Esperanza de La Rioja y su constante impulso y compromiso social motivó que la comunidad terapéutica tenga múltiples proyectos en carpeta para realizar. El gobernador Beder Herrera se interiorizó de las inquietudes que el sacerdote animadamente y con marcada solidaridad al prójimo le comentó al mandatario, quien aprobó la realización de los proyectos y comprometió el apoyo del Gobierno para poder llevarlos a la práctica. “Fazenda de la Esperanza” es el nombre que se les da a las comunidades donde viven jóvenes dependientes que se quieren librar del alcohol y de las drogas a través de una simple terapia que se sustenta en la espiritualidad como uno de los aspectos más importantes, teniendo en cuenta la espiritualidad centrada en la vivencia concreta del Evangelio. Diariamente se extrae una frase para ser colocada en práctica, que posteriormente son puestas en común conforme pasan los días. Otra de las bases fundamentales de la terapia es el trabajo. El lugar en donde más se vive la fe y el Evangelio es en el trabajo, que sirve a los jóvenes de auto-sustento, es el elemento que trae nuevamente la dignidad del ser humano. La elaboración de alimentos y productos por parte de los jóvenes son entregadas a sus familias para que los vendan en la sociedad y lo recaudado posibilita que los jóvenes sigan viviendo en la comunidad y avanzando en la rehabilitación cuyo proceso demanda un año de duración. Sumado a eso, se destaca la vida en comunidad, que rompe el aislamiento de cualquier persona y crea vínculos, trayendo nuevamente el sentido de una familia, de esta manera cada uno puede demostrar sus valores nuevamente, además de ser corregido e incentivado en aquello que todavía puede mejorar. Sin dudarlo, uno de los voluntarios cuenta que “para estar aquí es necesario tener voluntad de querer cambiar y dejar atrás la vida pasada”. La terapia consiste en el esfuerzo de la recuperación y fundamentalmente en la experiencia concreta del Evangelio como camino de cambiar la mentalidad y el trabajo como fuente común de sustento. Cabe resaltar que el rol de los grupos de apoyo Voluntarios de la Esperanza y los grupos de esperanza cumplen un rol importante en la recuperación y una vez concluido el proceso para retornar a la vida. Juan Del Moral, a cargo de la Coordinación Joven, relata que hace poco más de un año que visitan la comunidad de la Fazenda de la Esperanza “Nuestra Señora de Lourdes” y así surgió la inquietud de realizar pequeñas acciones para brindarle mejores condiciones a los adolescentes varones que están en proceso de recuperación. “Poner nuestro granito de arena en esta obra tan importante, significa mucho para nosotros”, dijo al tiempo que explicó que el proyecto de realizar las ampliaciones fue presentado al gobernador Beder Herrera quien aprobó su ejecución. La obra desarrollada consiste en ampliación, refacción y refuncionalización de la Casa Santa Mónica, una de las tres casas que tiene la Fazenda y donde se distribuyen los jóvenes. Las otras cosas se denominan Niño Alcalde y San Francisco. A la edificación existente se la refuncionalizó y refaccionó y se construyeron dos nuevas habitaciones y dos baños que brindan mejores condiciones y amplían la capacidad para poder albergar a más jóvenes que estén decididos a retornar a la vida. El padre Pérez que preside la comisión integrada por un grupo de personas que lleva adelante la institución en La Rioja, agradeció al gobernador Beder Herrera por el apoyo brindando, a los jóvenes que se movilizaron para gestionar las obras y a la gente que las llevó a cabo, que respetaron el clima de armonía del lugar y entrelazaron una buena relación con los jóvenes que se están rehabilitando. “Ha sido toda una enseñanza para los chicos que han colaborado y que han sentido propia esta obra que es de toda La Rioja”, sintetizó el sacerdote. A su vez valoró la visita del mandatario provincial y comentó que “con el Gobernador hemos tenido una hermosa charla en esta visita –y todas las veces que vino- donde nos brinda un apoyo muy grande” y añadió que “dialogamos sobre los proyectos que son variados y que incluyen desde la cría de algunos animales, las plantaciones del lugar y la posible construcción de una panadería donde los chicos puedan elaborar alimentos para celíacos”. Con entusiasmo, el sacerdote explica que están trabajando para concretar el proyecto de la panadería que hará posible que los chicos aprendan algo nuevo, que no hay en La Rioja quien elabora productos para celíacos y que además se convertirá en otra fuente de ingreso para la vida en comunidad. El padre Jorge –como lo llaman todos allí- relató que “siempre es poco lo que damos y mucho lo que se recibe. Un solo chico que entra acá con una vida destruida por la droga verlos salir un año después con una vida nueva es mucho más el resultado que lo que uno ha puesto en el medio”, dice el sacerdote al hacer un balance de la función que cumple la Fazenda de la Esperanza. “Es un pequeño granito de arena que ponemos para salvar una vida, dos, tres y la de todos los jóvenes que durante el año van saliendo y pensando que detrás de ellos hay todo un futuro, hay familias, que uno ahora no los puede ver pero que van a acontecer y poder haber sido parte de eso”. El sacerdote valoró a toda la comunidad riojana que siempre colabora con la obra de la Fazenda, demostrando cariño, interés y una solidaridad muy grande. “Siempre está presente la ayuda, la mano generosa para colaborar con los chicos que están en recuperación; por eso una inmensa gratitud a toda la comunidad por el cariño de la gente a esta obra”, concluyó.
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