lunes, 28 de noviembre de 2011

LA CRISÍS DE LA INDUSTRIA OLIVÍCOLA SE AGRAVA DÍA A DÍA.

El sector olivícola padece un panorama complicadísimo. El tema no es nuevo pero, lejos de resolverse, se viene agravando. En los últimos tres años la olivicultura ha perdido 30% de rentabilidad y por el momento no se avizora una salida concreta a este problema. Al aumento de los costos internos y al estancamiento de la cotización del dólar que complican la actividad exportadora, se suma la crisis financiera europea que agudiza la situación de los empresarios argentinos dedicados a la producción de aceite de oliva y de aceitunas en conserva. Ocurre que los grandes olivícolas mundiales son los países europeos que hoy atraviesan serias dificultades económicas: España, Grecia, Portugal e Italia. Fruto de su realidad financiera, estos países abaratan sus productos y compiten con los mercados mendocinos, en particular, con Brasil, adonde se exporta la mayor parte de la producción local. Frente a esta realidad, la Mesa Olivícola Nacional reclama medidas urgentes al Gobierno nacional. Hace unas semanas, los productores olivícolas de La Rioja anunciaron que de no mejorar las condiciones, no podrían levantar la próxima cosecha. La advertencia anticipó el reclamo del sector, que tiene a Catamarca, La Rioja, San Juan y Mendoza como principales provincias productoras. “Hace cinco años que la industria viene perdiendo rentabilidad. En los últimos tres años ese proceso se agudizó y la rentabilidad cayó el 30%. Estamos cerca de afirmar que el negocio se ha tornado deficitario financieramente”, expresó Armando Mansur, presidente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen). El escenario ya venía duro pero los problemas económicos de Europa repercuten aún más en el sector. Ocurre que los principales productores mundiales de aceite de oliva y de aceitunas en conserva son España, Grecia, Portugal e Italia. Juntos concentran el 85% de la producción, lo que los convierten en formadores de precios, principalmente a España. “Justamente estas naciones son las que más complicados se encuentran por la crisis económica europea. Esa situación les ha reducido el consumo interno y los lleva a colocar sus excedentes en el mercado externo a precios más bajos y a pagar hasta en 180 días, cuando antes era a 30 días, lo que lógicamente juega en contra nuestro”, ilustra Mansur. De hecho, desde 2005 a la fecha, el precio del aceite de oliva ha caído 36%. Actualmente, la tonelada de aceite extra virgen cuesta U$S2.500 (FOB), cuando en 2005 costaba U$S3.400 (FOB). En tanto, las aceitunas se ubican entre U$S980 y 1.000 (FOB) la tonelada, cuando el año pasado valían U$S1.400 (FOB). Para dimensionar el problema, basta citar que “en Argentina se elaboran 25.000 toneladas de aceite de oliva, de las cuales 5.500 toneladas (cerca del 15%) se consumen en el mercado interno y el resto se exporta, mientras España produce 1,4 millones de toneladas de aceite y para este año espera la mejor cosecha de los últimos 30 años”, sostiene Mansur. A este contexto internacional se suma el panorama local. Según Mansur, “a nivel interno tenemos costos que han crecido en dólares y un dólar quieto que torna cada vez menos competitiva la actividad”. De hecho, el 50% del valor de la aceituna se destina a los gastos en mano de obra y energía eléctrica. Para el presidente de Asolmen los costos actuales son “atroces”. Desde 2005 a la fecha, “la mano de obra rural aumentó 251%; la mano de obra para industria, 288%; la energía, 290%; y el gasoil, 285%”, recalcó. A estos valores se añade otra cuestión y es que en Mendoza es muy difícil mecanizar la cosecha como se realiza en las provincias norteñas, porque “el 80% de las plantaciones están intercaladas con otros cultivos” y porque la mayoría de los productores poseen minifundios de 1 a 5 hectáreas. Indefectiblemente, esto ata la cosecha a la oferta de mano de obra, que ya en la última temporada fue sumamente escasa, porque compite con la recolección de otros cultivos. De hecho, en la última campaña “quedó algo de fruto en el árbol por la falta de mano de obra”. Pese a la problemática del sector, los productores locales no creen que se llegue al extremo de no levantar la próxima cosecha, como sí presagian sus pares riojanos. En Mendoza, la cosecha de aceituna para conserva comienza en marzo y se extiende hasta fines de abril, cuando comienza la de la aceituna aceitera que se prolonga hasta junio. Frente a este panorama, el 15 de noviembre la Mesa Olivícola Nacional, que aglutina a los productores e industriales de las provincias olivícolas y de las que participa Mendoza, llevó su reclamo a la Nación. Hay que tener en cuenta que en Catamarca la olivicultura es la primera actividad industrial y en La Rioja comparte el podio con la vitivinicultura. Concretamente, los empresarios le pidieron al secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Lorenzo Basso, que implementen medidas urgentes para paliar la crisis. En primer lugar le solicitaron que disponga un reintegro del 5% a las exportaciones de aceite de oliva. Actualmente, tanto el aceite de oliva como las aceitunas en conserva tienen una retención a las exportaciones del 5% pero estas últimas tienen un reintegro del 6%, no así el aceite. En segundo lugar reclamaron la derogación de la resolución 3207/11 de la AFIP, que fija un número mínimo de trabajadores por hectárea para diversas actividades de producción (cosecha, poda, etc.) y los aportes y contribuciones respectivos. Y, en tercer lugar, requirieron la readecuación de la resolución 11/11 del Ministerio de Trabajo, que exige condiciones de habitación e higiene para los trabajadores rurales temporarios (por ejemplo, un inodoro cada cinco personas) a la realidad del sector, sin menoscabar a los trabajadores. Ante la inminente asunción de un nuevo gabinete, no hubo, por el momento, una respuesta del Gobierno nacional a este planteo. “Estamos en un momento de transición pero no queríamos esperar a que asuman los nuevos funcionarios para plantear la situación”, indicó Mansur.

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