lunes, 7 de mayo de 2012

DÍAS INTENSOS Y DECISIVOS POR LA MINERÍA.

No apto para cardíacos, como dicen los periodistas deportivos. El último semestre que atravesó la Argentina ha mantenido en vilo, por decirlo de una manera elíptica, a millones de habitantes. Y sobre todo a los empresarios, que tienen como misión tomar decisiones y proyectar inversiones en un país siempre cambiante. Fin de los subsidios a los servicios públicos, cese de la liquidación libre de divisas, control estricto del mercado cambiario, fuertes trabas a las importaciones, comunión de provincias mineras, acuerdo político Nación-Provincias, impulso declarado de un modelo mixto para la minería, apropiación de la principal petrolera del país. Fueron sólo algunas de las novedades, más que suficientes por lo significativas, que han alterado una vez más el escenario argentino. En vísperas del Día de la Minería de 2011, los protagonistas de la minería argentina no hubieran imaginado lo que sobrevendría desde la arena política: que los gobiernos provinciales y el gobierno nacional, con su figura presidencial a la cabeza, iban a adoptar explícita y públicamente un discurso de defensa de la actividad frente a las polémicas y resistencias levantadas por opositores políticos y grupos marginales de la política. Pero todo esto aconteció y tal toma de posición no deja de ser un aval, un bálsamo para una actividad tan vapuleada en su buen nombre y honor. Aunque cabe advertir que todo instrumento que se firma y toda palabra que se pronuncia después tiene que sea apuntalada por hechos, por decisiones. Vale la advertencia, porque mágicamente no cesarán las diatribas contra esta actividad productiva que, por ahora y salvo excepciones, sólo ha encontrado argumentos en su favor en el arco gubernamental. Mientras intenta sembrar otro consenso más sólido y duradero en la sociedad y en su policromía de dirigentes, la minería ha fijado su mirada, en esta estricta y sinuosa coyuntura, en los debates que vienen. Ya no relacionados con la legitimidad de su ser, sino con otra esencia, con la distribución de la renta que producen su inversión y su trabajo. Este es un aspecto clave, cuyo esclarecimiento en la Nación y en los Estados Mineros, se traducirá en entusiasmo o abulia del capital privado que, además de las minas en operaciones y las que están en construcción, proyecta otras inversiones en la Argentina. Las empresas y los empresarios, aunque buena parte del público lo desconozca, son organismos y seres sensibles. La percepción fina de lo que ocurre en el mundo, en la política, en la sociedad, entre sus trabajadores, les permite a las compañías sobrevivir y evolucionar en un contexto global hipercompetitivo. Por eso el mundo empresario de la minería observa con atención estas mutaciones políticas y legales que afectarán en un sentido o en otro la vocación minera por anclar capitales y trabajo en un país pródigo en recursos naturales, en gran magnitud todavía inexplotados. En este Día de la Minería 2012, la industria minera argentina hace votos para que la claridad y la responsable visión de futuro sean el signo dominante de quienes legislan y gobiernan. Y para que no se pierda esta inigualable oportunidad de traducir el desarrollo minero en bienestar y progreso de la Argentina y de sus habitantes.

Por Mining Press

No hay comentarios: