A pesar que la Asamblea Ciudadana de la Capital había decidido no entregar su reclamo a la clase política, un sector cedió y se subió al palco de Quintela. Bordagaray junto al cura de Famatina, Omar Quinteros, acompañó al jefe comunal y también lo hicieron los diputados nacionales radicales Julio Martínez e Inés Brizuela y Doria. Un fuerte desencuentro se produjo en la mañana del domingo cuando un grupo de asambleístas que responden al intendente de Famatina, Ismael Bordagaray, dejaron la Plaza 9 de Julio para trasladarse al reclamo por la ley de coparticipación municipal en la Plaza 25 de Mayo. A pesar que la Asamblea Ciudadana de la Capital había decidido no entregar su reclamo a la clase política y centrar todo frente a la Legislatura, un sector cedió y se subió al palco levantado por el intendente Ricardo Quintela en la vereda de la Casa de Gobierno. En una mañana fría y con llovizna, en un marco inferior a lo previsto, y diez veces menor a la primera manifestación antiminera en el verano riojano, Bordagaray junto al cura de Famatina, Omar Quinteros, acompañó al jefe comunal y para sorpresa de todos los presentes, también lo hicieron los diputados nacionales radicales Julio Martínez e Inés Brizuela y Doria. Así quedó unificado en reclamo de la no minería y más recursos entre un sector del justicialismo disidente y el radicalismo diezmado cuando se encamina a comicios internos para el 10 de junio. En la vereda de la Casa de las Tejas confluyeron los que se consideran antibederistas, entre ellos el hermano del ex gobernador Ángel Maza, Jorge, entre otros. Los principales referentes de la clase política hablaron en el palco, donde hubo coincidencia en criticar a la administración del mandatario provincial. Mientras eso sucedía un grupo de las asambleas ciudadanas capitalinas esbozó su rechazo que su lucha digna se haya politizado y le apuntaron directamente al cura Quinteros, quien avanza a ser un cuadro político en las elecciones legislativas del año próximo. La protesta se iniciaba en la vereda de la Casa de Gobierno hasta el Banco Patagonia, mientras que el quintelismo trató por todos los medios de decir que había 15 mil personas. En ese marco, la lucha ambientalista empezó a transitar un camino no conocido, ya que el quintelismo, Bordagaray y el sacerdote, como el radicalismo provincial, se apoderó de la convocatoria bajo el lema “El Famatina no se toca”. De esa forma, el principal beneficiado es el Gobierno que ve con buenos ojos que todo se confluya en un bloque opositor para tener un panorama más claro de aquí en adelante. Por este motivo, las ambientalistas Marcela Crabbe y Carina Díaz Moreno quedaron en el medio de una situación que ellas reconocen nunca han vivido, ya que han jurado que tuvo estuvo en su mente ninguna ambición política, solo la defensa del ambiente. Ante ello, la ley de coparticipación municipal y la antiminería se han mezclado, pese que no hay ninguna relación, salvo que de ahora en más quienes la impulsan son las ambiciones políticas, ya que el año que viene se renueva el 50 por ciento de la Legislatura, y en el 2015 se discutirá la Gobernación.
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